Paradójica, errónea e injustamente, demasiadas personas tienden a buscar la causa y la culpa de la corrupción solamente en los demás. Si se desea entender la corrupción esta debe ser examinada con ecuanimidad y honestidad, entre otros prerrequisitos.
Desde el punto de vista sociológico, debemos verla como un mecanismo de ajuste del sistema: 1) Por ejemplo, la prostitución es, sociológicamente, un conjunto de conductas normadas y estructuradas en roles y funciones que satisfacen determinadas necesidades de la sociedad. Es un mecanismo que procura una solución a determinados problemas que crea la propia sociedad, una “institución marginal” resuelve problemas y crea otros, como cualquier otra institución social.
Vargas Llosa hizo un ensayo novelado sumamente ilustrativo en “Pantaleón y las Visitadoras”. Si no es por las trabajadoras sexuales (que el oficial Pantaleón contrata), los conflictos entre los soldados peruanos y los aborígenes, a causa de los abusos contra sus mujeres, hubiesen hecho imposible la misión patriótica del ejército en las fronteras amazónicas.
2. Otro caso interesante es el de la informalidad y las relaciones primarias dentro del sistema administrativo del Estado: Un mecanismo de redistribución de empleo y beneficios para la familia, amigos, la parentela y relacionados, especialmente para los allegados menos capacitados, quienes tienen menos probabilidades de conseguir empleo de acuerdo a las reglas formales del sistema. Un mecanismo de protección familiar a los menos aptos en una sociedad que no provee empleo y protección para todos. Simultáneamente, dicho mecanismo es base del sistema clientelar que distorsiona el sistema de partidos en una democracia.
3. El lavado y el narcotráfico (uno no prospera sin el otro), que han sido contabilizados y ampliamente aceptados como parte de la economía nacional, con raigambre de cuello blanco (dijo el Presidente), provee riqueza y empleos para amplios sectores nacionales, y al mismo tiempo provoca ocasionales contratiempos con intereses estadounidenses y de la “sociedad dominicana formal y decente”.
4. La delincuencia, en general, suele ser un mecanismo de redistribución del ingreso y del bienestar social, más rudo que los mecanismos socialmente aceptados en un sistema neo-liberal de libre competencia y libre mercado.
5. Todos estos mecanismos corruptos realizan funciones sociales importantes en sociedades que adolecen de grandes fallas de diseño de estructura, especialmente donde la maquinaria productiva es deficiente y el sistema de justicia es perverso.
6. Medicina folklórico-popular, la falsificación de la medicina patentizada industrializada; y hasta la “consejería espontánea” de ancianos, amigos y vecinos, en general; son mecanismos de manejo de tensiones y de cumplimiento de la familia con su rol de asistir a sus enfermos, especialmente donde la seguridad social es deficitaria.
7. La santería, como fenómeno social, es una solución a problemas que la ortodoxia religiosa no puede manejar sin infringir sus propias leyes y creencias; a la vez que provee la esperanza y estabiliza sicológicamente a los potenciales y reales perdedores del sistema: los pobres, mayormente. Un sistema paralelo de indulgencias y favores para personas que tienen capacidades limitadas para competir en el sistema, o que no califican para la religiosidad ortodoxa. (Continuará)