“La corrupción se detiene en la puerta de mi despacho”

“La corrupción se detiene en la puerta de mi despacho”

Ramon Núñez Ramírez

Frase lapidaria del Dr. Joaquín Balaguer en respuesta a sus opositores que cuestionaban la corrupción en sus gobiernos y de hecho en todas las administraciones han habido funcionarios corruptos, todos impunes, disfrutando de sus riquezas, sin embargo, desde la dictadura de Trujillo no se había dado el caso de un gobierno donde estuvieran implicados tantos familiares y funcionarios cercanos al presidente de la República.

El caso Antipulpo es un proceso judicial en marcha que busca condenar una red de corrupción que malverso recursos del Fonper y de la Oisoe por un monto de por lo menos RD$4,000 millones, encabezado por Juan Alexis Medina Sánchez, hermano del expresidente Danilo Medina, y donde está involucrada, ente otros, su hermana Carmen Magalys Medina Sánchez, exsubdirectora del Fonper.

En el caso Coral, se trata de un entramado militar y policial acusados de corrupción, tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito y lavado de activos que involucra varios uniformados y cuya cabeza es el mayor general Adán Benoni Cáceres Silvestre, jefe del Cuerpo de Seguridad Presidencial (Cusep), con mucho poder en las Fuerzas Armadas y hombre de la extrema confianza del entonces presidente Danilo Medina.

En el entramado de corrupción de las EDE, mediante compras sobrevaluadas, proyectos no ejecutados y otras artimañas, el Estado dominicano, partiendo de una serie de auditorías, se constituyó en parte civil mediante un poder firmado por el presidente Luis Abinader al vicepresidente ejecutivo del Consejo Unificado de la EDE y en esta posible asociación de malhechores, que estafaron las EDE con montos superiores a los $20 mil millones, están involucrados Juan Alexis Medina Sánchez, Maxy Gerardo Montilla Sierra y Alexander Montilla Sierra, cuñados del Danilo Medina, y Luis Ernesto de León, exadministrador de Edeeste, cuñado de Medina, casado con Carmen Magalys Medina Sánchez, quien guarda prisión domiciliaria por el caso Antipulpo.

También en este caso está involucrado Rubén Jiménez Bichara, vicepresidente de la CDEEE 2012-2020, figura clave en un eventual Odebretch 2.0, persona de extrema confianza del expresidente Medina, fue jefe de campaña de Gonzalo Castillo y candidato a la Secretaría General del PLD, afortunadamente para esa organización evitaron otro gran bochorno al decantarse por el exsenador Charlie Mariotti.

¿Desconocía Danilo Medina al enriquecimiento ilícito de sus hermanos, cuñados, su jefe de escolta, funcionarios cercanos y una parte del Comité Político?

Es muy difícil que el expresidente no estuviera al tanto de lo que estaba pasando en su entorno familiar y político, por cuanto el presidente de la República es el hombre mejor informado del país, gracias a variados servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas y también a decenas de entes privados que de manera ilegal “pinchan” teléfonos de funcionarios, opositores, comunicadores y empresarios para informar del contenido de las llamadas al jefe de Estado de turno.

Danilo Medina jamás podrá decir que “la corrupción se detenía en la puerta de su despacho”, dada la magnitud de las estafas descubiertas hasta ahora, que apenas representan la punta de una montaña de corrupción propia de una cleptocracia, los vínculos familiares y de lealtad política con los implicados; es muy difícil desmarcar al expresidente de esos entramados de corrupción que aparte del enriquecimiento personal era una vía para la autonomía financiera del equipo gobernante y la posibilidad de perpetuarse en el poder.

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