La corrupción: vista por
una sociedad empobrecida

La corrupción: vista por <BR>una sociedad empobrecida

Si usted le pregunta al Departamento de Estado o al embajador de Estados Unidos en el país, cuales son su mayores preocupaciones sobre República Dominicana, le responderán que el narcotráfico, la corrupción, la institucionalidad, la justicia y el respeto a la Constitución y las leyes. Podrán adornarlo con el tema de Haití y la violación a los derechos humanos o con el tráfico de personas, donde han sido muy críticos.

Si usted le pregunta lo mismo a las organizaciones de la sociedad civil dominicana, las respuestas serán muy parecidas, excepto por Haití, donde hay ciertas controversias. Igual ocurre con las Iglesias, gremios empresariales e importantes figuras del acontecer nacional. 

Los políticos de la oposición no pueden quedarse rezagados y repiten lo mismo aunque enfatizando en la corrupción y dejando un poco de lado los demás temas, que son tan o más importante, ya que inducen a lo primero.

Los que aspiran a la presidencia dentro del PLD, no tocan el tema porque les aterra. Lo más que llegan a decir es que el Presidente Fernández ha creado riqueza pero no bienestar. Una forma diplomática de decirle a su propio gobierno, que se lo han robado todo. 

¿A qué nicho político pueden llegar las demandas de esa sociedad civil, del Gobierno de los Estados Unidos y de organismos internacionales que coinciden en lo mismo, para que el gobierno que asuma el poder a partir del 2012 dé un paso trascendental, en materia de lucha contra la corrupción? Obviamente, no será al PLD y sus candidatos, que protegerán, contra viento y marea, a todos los funcionarios del actual gobierno por más corrupto que sean.

Al único partido al que pueden pedírselo, con esperanzas de que algo se hará, es al PRD y su candidato Hipólito Mejía. De hecho, si aquí hay presos de cuello blanco es precisamente por Hipólito. 

Pero hay otro problema. ¿Qué piensa el 80% del pueblo dominicano cuando usted le hace la misma pregunta? Piensa algo diferente, comenzando con la corrupción, que le resulta preocupante pero no está entre sus primeras prioridades.

Lo que el pueblo demanda es más empleos, alimentos baratos y seguridad ciudadana. Responden así a sus reales necesidades, porque hablamos de un país donde el 63% vive en la pobreza, con una clase media que también se empobrece, gracias precisamente a la corrupción y el desorden institucional, aunque muchos no comprendan la interconexión.   

Y el político que quiera alcanzar el poder tiene que centrarse en esos puntos. Ofrecer alternativas para generar nuevos empleos haciendo que nuestras empresas sean más competitivas; promover la producción nacional y aquellos programas sociales que abaraten el costo de los alimentos a los más pobres y enfrentar la delincuencia con reformas profundas y mano dura, ya que eso está trastornando la vida de los dominicanos y frenando la inversión extranjera. También tiene que darle respuesta urgente a los problemas de la educación, que tienen mucho que ver con nuestra pobreza e incapacidad para revertir el retroceso económico y social que vive el país.   

Con la corrupción hay que actuar desde el poder y no hablar demasiado de ella desde la oposición, porque esa lucha solo se gana transformando al Estado dominicano y transparentando su funcionamiento. Y eso solo será posible en un gobierno que moralice el quehacer público y lo limpie de sus impurezas, inmundicias y perversidades.

Al mismo tiempo, hay que dar algunos ejemplos que sirvan de escarmiento, porque definitivamente unos cuantos funcionarios de este gobierno no pueden quedar impunes después de haber robado tanto dinero a costa del Estado.  

Publicaciones Relacionadas

Más leídas