Hoy 
Por Oliver Balch
En Buenos Aires
Los esfuerzos del partido de gobierno de Argentina para lanzar una campaña positiva a favor de la elección de Cristina Fernández como presidenta sufrieron un revés temprano, cuando un político importante de la oposición pidió la renuncia del peso pesado del gabinete implicado en un supuesto escándalo de corrupción.
La presión es sobre el esposo de Fernández, el presidente Néstor Kirchner, para que actúe sobre Julio de Vido, ministro de Planificación, después que funcionarios vinculados a su ministerio se vieron implicados en un intento por introducir ilegalmente US$800,000 en Argentina.
Los billetes de dólares fueron descubiertos por funcionarios de aduanas del aeropuerto en la maleta de un empresario venezolano, antes de la visita oficial de Hugo Chávez, el presidente de Venezuela la semana pasada.
Guido Antonini estaba entrando al país en un avión alquilado por el gobierno, en compañía de varios funcionarios argentinos bajo de Vido.
El incidente la costó el cargo a Claudio Uberti, el funcionario responsable de las relaciones comerciales con Venezuela y mano derecha de de Vido. Alejandro Rodríguez, el vocero político de Roberto Lavagna, el candidato de oposición, dijo ayer que de Vido debía ser el próximo.
El despido preventivo del ministro de Planificación [ ] no se puede demorar más, dijo al Financial Times.
Elisa Carrió, candidata presidencial por el partido ARI de la centro-derecha, dijo que ella va a silicitar una investigación pública sobre la participación de del ministro de Vido en el incidente maleta-gate.
Después de tantos años en los que hemos estado hablando de los niveles de corrupción dentro de este gobierno, lo más importante es que la verdad salga y se muestre de la forma más clara, dijo Carrió.
Las secuelas políticas del caso siguen sin estar claras. De Vido niega todo tipo de participación directa, mientras que el presidente Kirchner dijo que sus manos están limpias.
No obstante, las acusaciones de corrupción han disminuido la popularidad del presidente Kirchner, que ha bajado de una altura de 68% a finales del año pasado a la baja actual de 49%.
Sin embargo, los encuestadores arrojan dudas sobre cuál será el impacto a largo plazo de este caso de corrupción, bien en el gobierno o sobre las posibilidades electorales de la senadora Cristina Fernández.
El consenso actual es que la oposición es tan disfuncional que no tiene capacidad alguna para capitalizar estos escándalos, dijo Sergio Berensztein, director de Poliarquía, la consultoría política.
La ausencia de oposición tiene como elemento la apatía de los electores ante la corrupción. De acuerdo con un sondeo reciente, Cristina Fernández debe ganar con 45% de los votos. El candiato rival que más se acerca es Lavagna, con algo menos de 20%.
Cuando los ojos empiezan a mirar hacia la integración del nuevo gobierno, comienzan a surgir preguntas sobre el momento para este y otros escándalos recientes de corrupción.
Algunos analistas locales insinúan que los escándalos pudieran apuntar a un juego de poder interno posible entre de Vido y el jefe de gabinete, Alberto Fernández.
El mes pasado, tres altos funcionarios vinculados al señor Fernández enfrentaron cargos por corrupción.
El de mayor nivel fue el de Felisa Micceli, ministra de Finanzas, quien se vio obligada a renunciar a su cargo después que se descubrieron unos US$60,000 en efectivo en el baño de su oficina ministerial.
Graciela Romer, una encuestadora, sugiere que pudiera haber una lucha interna dentro de las filas más altas del partido Peronista en el poder.
VERSION AL ESPAÑOL IVÁN PÉREZ CARRIÓN
