El efecto-demostración de inaugurar dos o tres escuelas cada semana, anunciar que una que otra ofrecerá docencia mediante el sistema de tanda extendida, se cae estrepitosamente cuando no se sabe en qué paró la investigación sobre fraudes multimillonarios en el servicio de préstamos, atenciones médicas y hospitalarias y retiros para los maestros.
Hay que preguntar ¿En qué parará la cosa caballero? Un chusco opina que se archivará el expediente y será destruido para que ningún arqueólogo ni egiptólogo pueda desentrañar ese maloliente legajo de putrefactas acciones, porque se juega a la desmemoria y hasta ahora han tenido buen resultado.
A ello es oportuno agregar las desdichadas denuncias, con razón, de que alimentos en mal estado, manejados aviesamente, provocan brotes de diarreas y vómitos a inocentes niños cuya hambre se satisface en parte con el desayuno o el almuerzo escolar.
El rosario tiene otras cuentas y otros rezos: el cuchumil por ciento de los que imparten docencia carecen de la vocación, capacidad, escolaridad, conocimientos, cultura, para actuar como profesores, que como maestros ni hablar.
A esa ensalada de meteduras de pata, de falta de planeamiento, de ausencia de respeto por la nación, por el país, por la sociedad, por los padres, por las autoridades, hay que agregar la escandalosa información de algo tan grave como que un alto porcentaje de las escuelas construidas por este gobierno tienen deficiencias graves que ameritan una auditoría de construcción para determinar si están aptas para albergar, cada una, entre 500 y mil estudiantes, niños y jóvenes, sin que sus vidas corran peligro inminente.
La masiva construcción de escuelas ni siquiera esperó a tener comprados los terrenos donde se edificarían, por esa razón muchos de los solares no tenían el tamaño requerido, se comenzaron los trabajos para levantar los edificios antes de constatar la propiedad de los mismos, no se pagaron los terrenos, se entregaron adelantos a ingenieros y arquitectos sin que se tuvieran los planos bien depurados, se desconocía la logística del suministro de los insumos necesarios, grava, gravilla, arena, varillas, cemento, clavos, alambres, instalaciones eléctricas, sanitarias, de agua.
Parece que el plan de construcciones escolares tiene un alto componente de allante, debieron trabajar con pies de plomo, ya lo dijo el poeta José Angel Buesa: señora, según dicen, tiene usted otro amante/lástima que la prisa nunca sea elegante.
Ese afán de apantallar ha provocado el uso de materiales mal dosificados, mala colocación de estribos en vigas y columnas, inadecuada longitud de empalmes de las varillas.
Esos son algunos de los problemas. No se aceleren más. Auditen esas construcciones antes de llenarlas de niños y adolescentes, porque con una sola escuela que se caiga y muera un niño…