Por MARIO MÉNDEZ
Con una producción estimada en 5.4 millones de quintales se desarrolla la cosecha nacional arrocera de primavera, la cual empalma con la de retoño o invierno que garantiza arroz suficiente durante todo el año para satisfacer la demanda y mantener una reserva estratégica. La Secretaría de Agricultura informó que la siembra en enero-abril fue de 1 millón 132 mil 823 tareas, con una productividad o rendimiento de 3.33 quintales por tarea.

El secretario de Agricultura Amílcar Romero, dijo que este año hay muy buenas perspectivas arroceras y atribuyó el éxito en la actual cosecha al esfuerzo mancomunado de autoridades y productores para levantar la producción.

Sostuvo que las autoridades y los productores arroceros trabajaron en un plan conjunto para aumentar la producción, que incluyó apoyo técnico logístico de Agricultura y el otorgamiento de préstamos a tiempo de parte del Banco Agrícola.

Romero destacó que las acciones ejecutadas por el sector agropecuario para asegurar una buena cosecha de arroz se enmarca en la política agroalimentaria trazada por el presidente Leonel Fernández, Comer es Primero.

En los meses de enero, febrero, marzo y abril la siembra fue 668 mil 896; de 282 mil 619 tareas, 84 mil 559 y 96 mil 749, respectivamente, para un total de un millón 132 mil 823 mil tareas, y una producción nacional de 5.4 millones de quintales, según un informe del Departamento de Fomento Arrocero de la Secretaría de Agricultura

El incremento de 933 mil 107 quintales en la actual cosecha de primavera se debe a que se incorporaron nuevas áreas al cultivo del cereal y por el apoyo ofrecido a los productores por el sector agropecuario oficial, principalmente por las autoridades de Agricultura, señala el informe.

ÉPOCAS DE SIEMBRAS

En el país existen dos épocas principales de siembra: la de primera etapa o Primavera, que se realiza desde diciembre hasta abril, la segunda de Invierno, que abarca los meses de mayo, junio, julio y agosto. En la segunda etapa los rendimientos se reducen entre un 20 y un 25% con relación a la primera etapa por efecto de factores ambientales.

PRODUCCIÓN

De las once zonas arroceras que tiene el país, la principal productora del cereal es la del Nordeste, donde se siembra más de un millón al año.

Les siguen las del Noroeste, donde se cultivan 579 mil; la Norcentral con unas 460 mil tareas, y el resto se siembra en el Suroeste, Este y Norte del país.

De acuerdo al último censo del 2000 hecho por Agricultura, para entonces había 31 mil productores de arroz, tanto del sector reformado como privado. La actividad arrocera genera la mayor cantidad de empleo rural, al involucrar unas 250 mil personas de manera directa e indirecta.

Pignoración

El Gobierno contempla incluir hasta cuatro millones de quintales de arroz en el Programa de Pignoración para el presente año, lo que implicará la integración de la mayoría de las entidades de financiación que han participado en la iniciativa.

La Pignoración beneficia a 30 mil productores y participan entre 140 y 150 factorías, indica un informe del Departamento de Información y Relaciones Públicas de Agricultura.

El sistema de pignoración de arroz es un aliciente para los productores, ya que les garantiza niveles de rentabilidad adecuados y los consumidores podrán disfrutar del abastecimiento a precios asequibles.

El propósito fundamental del programa es garantizar la estabilidad y niveles aceptables de rentabilidad para los participantes en el sector arrocero mediante el incentivo y la regulación equitativa de la producción, el procesamiento, la comercialización y el consumo de arroz en la República Dominicana.

Mediante el mecanismo, el Estado Dominicano cubre a los productores y molineros participantes los intereses de los préstamos de pignoración, el costo de almacenaje y el costo del seguro del inventario pignorado.

Esta acción gubernamental propicia la estabilidad y el desarrollo sostenible de la producción arrocera, dada su importancia en la vida nacional debido, por una parte, a que es un producto vital en la dieta diario de la población dominicana, y por otra, es una actividad agroindustrial de un valor significativo para la economía del país por sus aportes a la generación de empleos, al ahorro de divisas y al nivel de inversión en el campo.