La creativa y transformadora década de los años sesenta del siglo XIX en Europa

La creativa y transformadora década de los años sesenta del siglo XIX en Europa

POR LUIS O. BREA FRANCO
Si examináramos una concisa relación cronológica sobre la década de los años sesenta del siglo XIX europeo, podremos notar inmediatamente la gran importancia que tuvo para el despliegue posterior de la modernidad.

Los años comprendidos entre 1859 a 1871, poco más de una década, han sido años de gran creatividad en todas las dimensiones de la cultura, y de avances consistentes en el campo de las invenciones y del desarrollo de tecnologías, de las ingenierías y de las ciencias. La época constituye como el momento en que se produce el predominio global del capitalismo.

Durante aquellos años, Europa se transforma en el centro de mando del planeta en cuanto a capacidad tecnológica, a poderío financiero, a posesión de los medios de producción y de intercambio, y dispone de la capacidad logística y la fuerza militar para apoderarse y prevalecer en cualquier lugar de la Tierra.

En ese momento es, también, cuando la ideología del progreso alcanza su mayor auge y sus efectos resultan, en apariencia, evidentes, y se hacen sentir sobre todo en Europa y Estados Unidos.

Es, igualmente, el tiempo en que las depauperadas clases «inferiores» europeas: los campesinos y los trabajadores industriales, así como los pueblos de otras culturas no occidentalizadas, o colocados al margen del avance de la revolución industrial comienzan a percibir -y a sufrir- las consecuencias del «drama del progreso» que tan bien describe el historiador inglés Hobsbawm en su obra sobre el período.

Para reavivar la memoria del lector recordaré algunos destacados hitos que marcan los años señalados.

En 1859 Darwin publica «El origen de las especies», se inicia la construcción del Canal de Suez y se inaugura la primera planta eléctrica en Nueva York.

En 1860, John Stuart Mill publica la Biblia del liberalismo: «Tratado sobre el gobierno representativo», y Jacob Burckhardt, «La civilización del renacimiento en Italia».

En el año 1861, Wagner estrena en París la opera «Tannhäuser»; se pone en vigor el procedimiento para la liberación de los siervos en Rusia; Victorio Emmanuele de Saboya viene proclamado Rey de Italia, lo que significa que se ha logrado reunificar como nación; España se anexiona Santo Domingo y se inicia la guerra civil estadounidense.

En 1862 se publican tres grandes novelas que darán mucho de que hablar. Víctor Hugo publica «Los miserables»; Turgenev, «Padres e hijos» y Flaubert, «Salambó»; se inaugura la gran exposición mundial de Londres, y Bismarck se estrena como Canciller de Prusia.

En el 1863 fracasa el alzamiento de los polacos contra el imperio ruso, y Renan publica su controversial libro sobre la «Vida de Jesús», donde interpreta su personalidad a la luz de los datos históricos sin tomar en cuenta los dogmas religiosos. En Rusia comienza una severa crisis económica.  En 1864, el papa Pio IX publica la encíclica: «Quanta cura», que viene acompañada del «Silabus» en que condena las nuevas doctrinas que trae la modernidad «para destruir el sosiego de la humanidad y el cristianismo».

En el año de 1865, los confederados del Sur son derrotados en Estados Unidos, y algunos meses después Lincoln viene asesinado. En nuestro país, se impone la restauración de la República y nace la esperanza de una época nueva que consolide la nación dominicana y permita la creación de una atmósfera de prosperidad y progreso. En el campo de las ciencias, Maxwell publica su revolucionario «Tratado sobre la electricidad y el magnetismo». En la música, Wagner estrena «Tristan und Isolde», y en la literatura, Lewis Caroll publica «Alicia en el país de las maravillas» y Tolstoi, «Guerra y paz».

En el 1866, Siemens, en Alemania, inventa el dínamo; en Suiza se comienza a producir industrialmente la leche condensada y en Londres se funda la Sociedad Aeronáutica. En la filosofía, Lange publica «Historia del materialismo» y Huxley, en Inglaterra, sus «Elementos de Filosofía». En literatura se publican «Poemas saturnales» de Verlaine, Dostoievski, «Crimen y castigo», e Ibsen estrena su obra teatral «Brand».

En el 1867, Verlaine, Baudelaire y Gautier crean la escuela parnasiana; Marx publica el primer tomo de «El Capital», Ibsen estrena «Peer Gynt» y  J. Stuart inaugura en las universidades británicas los programas de extensión cultural. Bakunin crea la «Alianza internacional para la democracia social», la internacional de los anarquistas. Nóbel inventa la dinamita y se inicia la producción de maquinas de escribir y linotipos.

En el año 1868, Wagner estrena la ópera de «Los maestros cantores»; Manet retrata a Zola, Brahms presenta su «Requiem alemán» y Haeckel publica «Historia de la creación». Una revolución depone a la reina Isabel II de España, que abdicará a favor de su hijo Alfonso, que reina como Alfonso XII desde el 1870.

El canal de Suez se abre al tráfico internacional en 1869; en Alemania se crea el partido Social Demócrata; en Roma se inicia el Concilio Vaticano I. En el estado de Wyoming se introduce el voto femenino, John S. Mill publica su defensa del voto femenino y en Cambridge, Inglaterra, se funda el primer «college» femenino. En Rusia se cierra el ciclo de la emancipación de los siervos y se produce la conspiración de Nechaiev con el apoyo de Bakunin, de la que se servirá Dostoievski para tratar el tema de la revolución en «Demonios», que publica desde el año 1871.

El año final de la década, el 1870, es testigo de la reunificación alemana bajo la guía de Prusia, que vence a Francia en la Guerra Franco-Alemana y provoca la caída del Segundo Imperio francés. El rey de Prusia, Guillermo I, es proclamado emperador de Alemania en Versalles. También en Alemania se crea el partido católico: el Partido de Centro, que dará lugar a la «Kulturkampf» –lucha cultural- contra la Iglesia Católica y la influencia de la cultura latina en la cultura germana.

En Roma el Concilio proclama el dogma de la Infalibilidad Papal en asuntos de doctrina; en París se proclama «La comuna», que será barrida con un baño de sangre el siguiente año. Roma es tomada por las fuerzas italianas y viene declarada capital de Italia. El Vaticano conserva privilegios que le otorga una ley italiana. Dante G. Rossetti, en Londres, presenta sus «Sueños dantescos» y Nietzsche publica «El nacimiento de la tragedia».

En el año siguiente, el 1871 –que cronológicamente trasciende el decenio, pero que es cuando maduran algunos asuntos iniciados en éste: Bakunin publica: «Dios y el Estado»; los sindicatos ingleses son legalizados; Verdi estrena su ópera «Aída»; los impresionistas abren su primera exposición en París y Darwin cierra el círculo que abrió en 1859 con la publicación de «El origen del hombre».

En 1873  se produce la quiebra de la Bolsa de Inglaterra, el equivalente victoriano de la de Wall Street en 1929. Hasta el 1896, se extenderán sus efectos: «un cambio y una depresión de los negocios, el comercio y la industria sumamente extraña y sin precedentes históricos». Con ella concluye el primer ciclo expansivo del capitalismo global. De ahora en adelante al lado de Europa, comienzan a brillar los Estados Unidos. El poder mundial lo ejerce, ahora, una diarquía.

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