La credibilidad del periodista

La credibilidad del periodista

La credibilidad profesional del periodista es una de las cualidades más apreciadas en los hombres y mujeres que se dedican al delicado oficio de informar u opinar de manera objetiva sobre los acontecimientos de la sociedad.
La información, como decía Stefan Zweig, es fundamental en la política como en la economía, y con el desarrollo de los medios de prensa, incluyendo las redes sociales, el manejo interesado de las noticias puede variar tendencias y hasta resultados electorales.
Eso lo saben muy bien los gobernantes, políticos y empresarios corruptos que buscan ventajas y una buena imagen pública en base al soborno de comunicadores para que los defiendan, manipulen o silencien informaciones no convenientes.
Esto no tiene nada que ver con las legítimas campañas de relaciones públicas a las que tienen derecho las instituciones públicas y privadas, así como las personas y políticos, siempre que se ajusten a la profesionalidad, honradez y ética con la que deben realizarse.
Nos referimos a un sistema de compra de conciencias que alcanza dimensiones escandalosas en los gobiernos peledeístas pagando sumas millonarias con cargo al presupuesto nacional por concepto de publicidad, asesorías, consultorías, botellas y otras formas de dádivas.
Quienes han sucumbido a esta modalidad de corrupción sirven de altos parlantes a todas las “bondades y aciertos” del gobierno, explican y justifican, sin sonrojos, los desaciertos, errores y actos de corrupción de los que mandan y pagan.
La mayoría son mediocres, pero hay inteligentes y habilidosos que argumentan y defienden hasta lo indefendible. Pontifican, conceptualizan, viven y exhiben, sin rubor, una opulencia espuria proporcional al grado de descrédito que padecen ante la sociedad.

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