JOSÉ LOIS MALKUN
He leído mucho sobre las crisis bancarias en Argentina y Uruguay. Recientemente, terminé de leer un libro del periodista uruguayo Claudio Paulillo titulado “Con los Días Contados”, que es sumamente interesante. Hay abundante material bibliográfico sobre este tema. Varios libros escritos por autores de ambos países, cientos de artículos en revistas especializadas de economía y finanzas, extensas monografías en Internet y documentos y recortes periodísticos de la época, que se han convertido en material de discusión en muchos eventos internacionales.

Sin embargo, hay poco material de estudio sobre el fraude bancario en República Dominicana, que por el costo que representó en términos del PIB, es uno de la más grandes del mundo.

 Además, un extenso material relacionado con esta crisis aún no se ha difundido, especialmente las auditorías asistidas que se realizaron inmediatamente después de las medidas adoptadas por la Autoridad Monetaria con los tres bancos intervenidos. Y como el tema se ha prestado a múltiples conjeturas, especulaciones, acusaciones, contraacusaciones, manipulación política y tergiversación de los hechos, es hora de que alguien tome la iniciativa para que el país conozca objetivamente la realidad de lo que pasó. Porque poquísima gente la conoce.

No hay dudas de que la banca comercial se ha recuperado de su estado de crisis anterior.

Hoy se observan mejores índices de solvencia, abundantes recursos líquidos para prestar, mayor saneamiento en la cartera en dólares y hay un sistema de supervisión que no tiene nada que ver con el que existía antes de la crisis.

Entonces no hay que temer que ciertas informaciones claves se revelen y que el tema se trate con absoluta transparencia.

El problema es ¿quién puede organizar un evento internacional para analizar dicha crisis, donde participarían muchos de los protagonistas nacionales e internacionales de ese entonces? Y lo más importante ¿quién puede actuar con neutralidad en la organización de un evento de esta naturaleza? Yo creo que FUNGLODE.

 Muchos dirán que estoy loco o soy un cínico, considerando la vinculación de esta Fundación con el Gobierno.

 Como también la influencia que tienen los abogados defensores de unos de los acusados de los fraudes, con las altas esferas del poder. Y respondo: precisamente por eso podría ser la más creíble, y como la persona que está al frente de esta institución, el economista Frederic Eman Zadé, ha preferido estar ahí que ocupar un alto cargo público en el Gobierno, confío en su capacidad y profesionalismo para llevar a cabo la organización de este evento con toda objetividad. Lo importante son los invitados.

Es obvio que gente como el señor Aristóbulo de Juan, reconocido auditor de entidades bancarias de origen español, sea invitado ya que fue el primero en arribar al país apenas días después de la crisis de Baninter. Su informe es un material crítico para juzgar las actuaciones de la autoridad monetaria. Pero también están algunos funcionarios y ex funcionarios del FMI y el Banco Mundial, que estuvieron desde el principio asistiendo al país en el tema y en la negociación del primer acuerdo Stand By.

Conocer las opiniones, no comprometidas de estos expertos, que muchas se mantienen bajo confidencialidad, es fundamental para que el país tenga una idea clara de los hechos. Obviamente, los auditores extranjeros que dirigieron las auditorías asistidas son figuras claves en un evento de esta naturaleza y que harían importantes aportes.

Aquí estamos hablando de gente neutral, que conoce mejor que nadie la situación de los bancos en aquel momento, lo cual sigue siendo un tema tabú para mucha gente. Otros participantes serían los miembros del Panel de Expertos contratados a través del FMI, así como las empresas auditoras contratadas para las auditorías forenses y las que contrataron las actuales autoridades para evaluar la gestión de la Comisión Liquidadora de Baninter y de las pasadas autoridades.

A nivel nacional, participarían abogados especializados en las leyes monetarias, economistas, funcionarios del Gobierno actual que dirigen el área económica, funcionarios de la pasada administración que estuvieron al frente de la crisis y todo aquel que pueda aportar algo al tema, especialmente miembros de la prensa independiente.

Lo que jamás pueden permitir los organizadores es que alguien quiera convertir este evento en un circo político o en un juicio sumario.

 Debe ser algo eminentemente técnico, con términos claros y estrictos sobre las presentaciones magistrales y las discusiones de los participantes.

Los juicios hay que dejárselos a los tribunales y el circo a ciertos medios de comunicación que viven de eso. Ojalá que esta iniciativa sea acogida por FUNGLODE. Le haría un gran bien al país. Además, el material producido puede ser un aporte invaluable a un tema que dominará el panorama económico en la próxima década.

“El que no puede confrontar sus acciones e ideas en cualquier terreno de juego, entonces no está preparado para decidir ni opinar”. Autor anónimo.