La crisis de América Latina y el Caribe y el descontento social

La crisis de América Latina y el Caribe y el descontento social

Las manifestaciones que expresan un profundo descontento social se han estado generalizando en una gran parte de los países de América Latina y el Caribe. Chile, Bolivia, Perú, Colombia, Ecuador y Haití son los ejemplos elocuentes de esa situación, y también Brasil. En el terreno político, ese descontento se ha expresado en los resultados electorales de las recientes elecciones en Argentina, con la victoria de Eduardo Fernández sobre el actual presidente de ese país, Mauricio Macri, y, todo parece indicar que también en Uruguay la oposición se impondrá sobre el candidato del Gobierno.

Los países mencionados concentran el 63% del PIB de la región, de manera que su comportamiento arrastra el comportamiento de la región como un todo.

Lo que está ocurriendo no puede entenderse sin tener presente que a partir de 2015 la región latinoamericana entró en una etapa de enfriamiento económico debido, entre otros factores, a la culminación del boom de las materias primas, que caracterizó el periodo comprendido entre 2004 y 2014. Durante esos años el precio de la soja, principal producto de exportación de Argentina, Uruguay y Brasil, se incrementó en un 75%; el precio del petróleo, principal producto de exportación de Colombia y Ecuador, aumentó en un 208%; el precio del gas natural, principal producto de exportación de Bolivia, aumentó en 210%; y el precio del cobre, principal producto de exportación de Chile y Perú, se aumentó en 182%. En ese contexto, la región latinoamericana y caribeña en promedio creció anualmente 3.8%, casi igual que como creció el mundo.

La burbuja de precios de las materias primas entre 2004 y 2014 produjo un incremento notable de los ingresos de los países mencionados, lo que contribuyó a mejorar el nivel de vida de sus poblaciones. Según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), 62 millones de latinoamericanos y caribeños salieron de la pobreza durante esos años, produciéndose una expansión importante de la clase media que, de acuerdo con el Banco Interamericano de Desarrollo, casi se duplicó entre 2002 y 2014, llegando a 186 millones de personas.

Sin embargo, desde entonces se ha producido una pronunciada caída en los precios de las materias primas: el precio de la soja se ha reducido en más de un 40%; el del petróleo en alrededor de un 50%; el del gas natural en un 79%; y el del cobre en un 16%. En ese nuevo escenario, el crecimiento promedio anual regional entre 2015 y 2018 apenas fue 0.5%, muy inferior al promedio mundial que fue 3.6%, proyectándose que para este año la región solo crecerá 0.2%. El producto de esa situación es que la pobreza en la región ha vuelto a crecer en 18 millones de personas según la CEPAL, y muchas personas que salieron de la pobreza ahora ven con preocupación su posible tránsito de nuevo hacia la pobreza. Se desploman las expectativas.