La crisis de Ucrania hace de la UE un aliado

La crisis de Ucrania hace de la UE un aliado

El expresidente de Georgia Mikheil Saakashvili, cuyo país fue invadido por Rusia en 2008, reveló ante un público de ucranianos lo que Vladimir Putin pensaba de su país.

“Tuve 36 encuentros con Putin”, dijo Saakashvili en una visita a la ciudad ucraniana de Lviv en agosto, cinco meses después de la anexión de Crimea. “En prácticamente todas ellas, repitió que Ucrania no es un verdadero estado sino territorio ruso. Llegará hasta donde se lo permitan”.

En momentos en que se acuerda en Ucrania un alto el fuego que da a Putin gran parte de lo que pretende, estos comentarios son un recordatorio de cuán atrapado sigue estando el país entre el peso de la historia rusa y la fuerza de la economía europea. En esta encrucijada, el relato de Putin respaldado por los recuerdos de la Guerra Fría se asocia a líderes poco dispuestos a cortar los lazos con un importante socio comercial y proveedor de energía.

“A algunos estados miembros de la UE no les importa tanto Ucrania”, dijo esta semana Paul Ivan, ex diplomático rumano que actualmente trabaja en el Centro Europeo de Política de Bruselas. “Hay países con lazos históricos y buenas relaciones con Rusia y, en otros casos, piensan que están muy lejos de Ucrania y están dispuestos a poner en peligro la integridad territorial de ese país en pos de sus propios intereses económicos”.

Putin dice estar protegiendo a los hablantes de ruso de Ucrania, país que Rusia anexó a mediados del siglo XVII y al que renunció de mala gana con la caída de la Unión Soviética en 1991. Tiene un enorme apoyo interno, aun cuando la economía haya empezado a contraerse por el desplome de los precios del petróleo y una baja casi del 50 % en el valor del rublo desde agosto. En cuanto a la Unión Europea, no es probable que castigos como las sanciones comerciales y las restricciones a las visas sean lo suficientemente duros como para hacer que Rusia entre en vereda, en especial en un continente que coquetea con su propia recesión y carga con la herencia de una crisis de deuda.

“Putin tiene mucho más en juego”, dijo Dmitri Trenin, director del Moscow Carnegie Center. “La voluntad de Putin y la disposición de Rusia a sufrir por una causa son su ventaja”.

Límite de las sanciones. El escenario del conflicto es la región de Donbas en el este de Ucrania y las ciudades de Donetsk y Luhansk. Los separatistas pro-rusos quieren instaurar un estado autónomo porque dicen que el gobierno ucraniano de Kiev está tratando de suprimir su idioma y cortar los lazos con Rusia. Casi 5.500 personas han muerto en los combates desde abril, según Naciones Unidas.

La UE, que afirma que Rusia apoya la insurgencia, acordó imponer las primeras sanciones en marzo de 2014. Desde entonces, el bloque de 28 países mantuvo suficiente unidad como para incluir en su lista negra más individuos y compañías vinculados al conflicto e imponer algunos límites al acceso de las empresas rusas al mercado.

El acuerdo de alto el fuego firmado en Minsk esta semana, que entrará en vigencia el 15 de febrero, se concretó después de 19 horas de conversaciones entre Putin, el presidente de Francia François Hollande, el presidente de Ucrania Petro Poroshenko y la canciller alemana Angela Merkel.

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Economía frágil

Durante las conversaciones sobre la mejor manera de manejarse con Putin, varios países dijeron que, si bien las sanciones tienen incidencia en la economía rusa, estas no cambiarán la política del Kremlin, manifestó un alto diplomático de la UE, que habló a condición de que no se revelara su nombre porque las negociaciones aún no han terminado. El banco central ruso ha dicho que la economía podría contraerse 3,2 % interanual en el primer semestre de 2015 debido a la combinación de las sanciones impuestas por Estados Unidos y la UE y la caída del precio del petróleo.

 

 

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