COPENHAGUE.  El festival Eurovisión se dio una vuelta por la política al decidir que la representante de Ucrania abra este sábado en Copenhague la final, en la que el cantante austriaco, un travesti con barba, figura entre los favoritos.   Los organizadores dispusieron que la gala sea inaugurada por la ucraniana Mariya Yaremchuk, 21 años, que cantará el tema «Tick Tock».

Mariya Yaremchuk espera sacar beneficio de la simpatía de los jurados occidentales, al menos frente a las gemelas rusas Anastasia y Maria Tolmachevy, que intervendrán en el 15º turno sobre 26 candidatos en total.   La gala del sábado no se anuncia propicia para las rusas de 17 años que el martes pasado en la ronda clasificatoria ya sufrieron los silvidos del público.

Algunos observadores encuentran incluso en el texto de «Shine», la canción de las rusas, un extraño parecido con la política exterior de Moscú: «Vivir en la brecha/Más cerca del delito/Pasar el límite dando un paso a la vez».   Como siempre, los artistas insisten en que hay que concentrarse sólo en la música y nada más.

«Tengo muchos amigos y parientes en Ucrania. Por supuesto, tengo miedo por las amenazas que penden sobre Ucrania. Pero, pienso que en Eurovisión la gente tiene que votar con el corazón y no con la razón», dice Yvonne Grünwald, cantante con raíces ucranianas, quien representará a Alemania con el grupo Elaiza.

«La cuestión es saber quién es el mejor artista, poco importa su nacionalidad», añade.   La 11ª candidata, Conchita Wurst, podría bien ser el mejor artista. Detrás del nombre de pila femenino de este travesti con barba se encuentra el austriaco Tom Neuwirth, quien interpretará «Rise Like a Phoenix».   En Rusia, Bielorrusia y Ucrania han circulado peticiones de protesta por la participación de este joven de 25 años. Y, por su parte el presidente del partido de extrema derecha FPÖ de su país, Heinz-Christian Strache, dijo que encuentra «ridículo» a este personaje.