La crisis del PRD

La crisis del PRD

La crisis actual del Partido Revolucionario Dominicano es la más profunda y de peores consecuencias para esa agrupación política de todas las dificultades internas que ha experimentado en su accionar político en la República Dominicana después de la caída del trujillismo.

Lo que se espera de la situación porque atraviesa ese partido ya ha comenzado a verificarse: todas las posiciones importantes caerán en manos de pepehachistas, oficializando al partido en el gobierno, con gran riesgo de que la pérdida de popularidad del Presidente Hipólito Mejía arrastre al PRD hacia un lugar en términos de votos, totalmente minoritaria, desde el cual el sería muy difícil levantarse hacia las posiciones de que disfrutó hasta ahora. De ocurrir lo contrario, el fracaso del Presidente en su intento reeleccionista, Hatuey De Camps y su grupo se quedarían con un PRD debilitado por la lucha por el PPH, imposibilitado de ganar las próximas elecciones y que, entonces, comenzarían a luchar desde la oposición ante amplios sectores de la población que ven a ese partido como el causante principal de la pésima situación económica y social en que su gobierno ha sepultado al país.

Esta crisis es causada por una enfermedad intrínseca en el devenir político: la ambición de poder de la cual el PRD se ha cuidado menos que las demás organizaciones que les ha tocado gobernar, también afectadas por la misma causa; pues, mientras la crisis en el PRSC afecta particularmente a ese parido, la del PRD daña al partido y se proyecta negativamente en el país, ya que los casos Baninter, Bancrédito y Mercantil, lo del avión presidencial en Fort Lauderdale, la incontrolada tasa de cambio, el precio de los combustibles y el altísimo costo de la vida, son causados por el actual gobierno, hasta el punto de que un buen número de sus funcionarios es solicitado por la justicia de Estados Unidos para ser juzgados por corruptos. De todo esto tiene culpa el PRD.

Y es que en el PRD, con escasísimas excepciones, se ha confundido el liderato político y los que aparecen con imagen de líderes sostienen esas posiciones sobre la base de alimentar las ansias de sus partidarios con los fondos del Erario Público. Es tal su ceguera de lo que es el liderazgo político que en su afán de poder y de riquezas han llegado hasta a considerar como importante solamente al que, como ellos, ha alcanzado algún sitial de riqueza y poder; de esta manera no llegan a apreciar la pobreza del país. En esa carrera han ahorcado a la clase media cargándole los pagos de servicios, inflación, impuestos y corrupción, para ellos llenar sus arcas y amasar poder sin límites. Esta forma de actuar afecta también a los más pobres con las alzas de precios de los comestibles y del transporte; y a comerciantes, pequeños y medianos industriales, cuyas empresas no pueden cargar con los altos impuestos. También enfrentan a los grandes empresarios porque en su pésima administración han creado gastos para los que no existen ingresos suficientes.

El país saldrá de esta situación porque hay solución a estos estados calamitosos creados por la errada concepción del poder, por las deficiencias en el gobierno, por la corrupción desmedida y por el encubrimiento, hechos realidad en las ejecutorias del gobierno perredeísta. Y la salida de la crisis la pagará principalmente quién la ha profundizado a tal punto que corre el peligro de desaparecer.

Las fuerzas nuevas que necesita el país existen, laten en el seno de su sociedad. Están prestas a crear esperanzas y es seguro que su presencia les generará la confianza en la población y les aportará las energías que necesitan para limpiar la podredumbre en que estábamos y emprender un camino nuevo, hacia un porvenir más próspero; con libertad pero con justicia, con paz y con ardor hacia una patria soberana, con un gobierno que atienda a los reclamos de su pueblo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas