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El presidente de la Asociación de Industrias de la República (AIRD) afirmó ayer que el desempeño negativo de la economía durante este año ha descapitalizado la industria manufacturera.
El licenciado Lisandro Macarrulla expresó que durante este año, producto de la combinación de factores externos e internos, como el aumento de los precios del petróleo, la quiebra de algunos bancos, la inconsistencia entre la política fiscal y monetaria, han erosionado significativamente el capital de trabajo de las industrias.
Precisó que en términos prácticos eso significa que la industria se ha descapitalizado durante este año.[tend]
Dijo que como consecuencia de la situación económica nacional se ha registrado una caída del Producto Interno Bruto (PIB) de un 1%, una depreciación de la tasa de cambio de un 109% y un incremento del nivel de precios de un 33%.
El dirigente empresarial manifestó que esa fuerte contracción en el desempeño económico, ha afectado en forma sensible a la industria nacional de manufactura que primeramente depende de las actividades destinadas a satisfacer la demanda interna, la que se contrajo hasta septiembre de este año, en -5.2%.
Indicó que si a esa contracción se agrega el comportamiento negativo de otros sectores estrechamente vinculados con la demanda de manufactura, como el comercio, con una disminución de un -8.1%, se explica la reducción del PIB en un 26.1%.
Macarrulla señaló que el último informe del Banco Central dice que las importaciones de bienes de capital (maquinarias y equipos) se contrajeron un 24% en momento en que se negocia el Acuerdo de Libre de las Américas y el Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, donde se debió haber iniciado un proceso de reconversión de las industrias para poder competir en un mercado con mayores niveles de exigencia.
El presidente de la AIRD afirmó que la realidad económica de la República Dominicana no ha permitido ese proceso.
Dijo que el sector de la industria manufacturera espera el cumplimiento de los criterios del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional y el comportamiento sensato y responsable de las autoridades económicas, como primer paso para la restauración del equilibrio macroeconómico que permita establecer una nueva senda de crecimiento estable y de largo plazo que beneficie al conjunto de la sociedad.
