POR LEONORA RAMIREZ
Un chico ácido derechista, apostólico, romano y disociador, planteó que los problemas de desintegración familiar surgieron cuando las mujeres dejaron la cocina.
Claro que lo quisieron matar las mujeres del Grupo de Comunicaciones Corripio, pero no se puede negar que el comentario provocó las carcajadas de todos, incluyendo las de los integrantes del Centro de Mediación Familiar, una entidad adscrita a la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia del Poder Judicial.
¿Quieren saber quién es el autor de la frase? Mejor no, quien escribe no quiere cargar en su conciencia con un divorcio
Siguiendo con el tema de los «Trucutú» disfrazados de feministas, otro chico ácido preguntó si la actitud de los hombres que asisten al Centro de Mediación Familiar es soberbia, o por el contrario se muestran como mansas ovejitas «ante las botas subyugantes de sus ex esposas».
Hay de todo, le respondió la magistrada Arelis Ricourt, quien explicó que llegan casos de mujeres trogloditas y de hombres temerosos, pero también viceversa.
Ricourt se expresó en esos términos al referirse a la asistencia que, en materia de solución de conflictos, ofrece el referido centro de mediación familiar tanto en Santo Domingo como en Santiago.
Uno de sus planteamientos más contundentes es el relacionado con la crisis de la familia dominicana. La práctica cotidiana le permite constatar que hay problemas de comunicación entre los esposos o ex esposos y los hijos, violencia física y psicológica, menores en conflicto con la Ley, desatención de los hijos, entre otros indicativos que avalan su percepción.
Si le queda duda amigo lector, sepa que solamente en el 2005 se registraron 21,000 divorcios, la mayoría por causa de mutuo consentimiento.
Un chico ácido quería saber, a propósito de mediaciones, si las que realizan los expertos del referido tiene los mismos efectos que las de monseñor Agripino Núñez Collado, cuyos resultados, a su juicio, nunca se llevan a la práctica.
Ni tanto ni tampoco, comentó un colega mientras Alexis Peña, coordinador del Centro de Mediación, manifestaba que se les da seguimiento a las partes para verificar el cumplimiento de los convenios.
¿Satisfecho? ¡No!
PROPAGANDA COMUNISTA
Algunos chicos ácidos se juntarán el lunes 30 de abril en el Estadio Quisqueya para presenciar el concierto gratuito de Silvio Rodríguez. José P. Monegro estaba incluido en la lista hasta escuchar la palabra gratis, pues para él eso huele a multitud con todo lo que eso implica.
«Pero eso de gratis es propaganda comunista», sentenció el subdirector del Día, quien tampoco vio con buenos ojos que Rodríguez suspendiera un concierto en Chile porque las boletas eran vendidas a muy alto precio.
TRONO LA MAGISTRADA
Ricourt aparenta docilidad hasta sumisión, pero cuando esta mujer habla de derechos y negación de justicia exhibe todo su empoderamiento con relación a la profesión que ejerce.
En tal sentido, admitió, «responsablemente», que la falta de ética en el ejercicio de la profesión y la falta de buena fe en los procesos está medrando la administración de justicia en el país.
«Los jueces y los abogados son responsables de que los casos se eternicen en los tribunales», sentenció la magistrada al destacar que el Código de Procedimiento Civil es anacrónico, malo, y carece de mecanismos para garantizar el cumplimiento de los plazos de justicia.
UNA MEDIACION PARA JUAN BOLIVAR
Mientras Carmen Rosa Hernández, encargada de la Dirección de Niñez, Adolescencia y Familia, explicaba los alcances del Centro de Mediación Familiar, y la mediadora Juana Buré citaba los casos más comunes de resolución de conflictos, a Llennis Jiménez, reportera de HOY, se le encogió el brazo esperando por un turno para preguntar.
La queja llegó a Juan Bolívar Díaz, coordinador del encuentro del Grupo Corripio, quien pidió la mediación de las invitadas para lograr una reconciliación con la Jiménez.
Pero no hizo falta la intermediación porque la chica ácida le dio un abrazo y santo remedio .