La crisis francesa puede afectar la economía y la imagen del país

La crisis francesa puede afectar la economía y la imagen del país

PARIS  (AFP) .- Las manifestaciones y la crisis social que padece Francia no tienen de momento un impacto en la economía francesa, pero los economistas divergen sobre las repercusiones a largo plazo en el crecimiento y la imagen del país entre los inversionistas extranjeros.

La movilización estudiantil y sindical contra el CPE (Contrato Primer Empleo), presentado por el gobierno como instrumento de lucha contra el desempleo entre los jóvenes, se ha extendido como reguero de pólvora, pocos meses después de la violenta revuelta urbana que sacudió Francia en noviembre pasado. La patronal francesa teme que este nuevo conflicto frene la tímida recuperacón económica registrada en Francia.

“Hemos llegado a tal punto de tensión, de crisis, que es peligroso para el conjunto del país, es peligroso para nuestra economía, es terriblemente peligroso para nuestra imagen”, se alarmó el martes la presidenta del MEDEF (organización patronal francesa), Laurence Parisot.

Jean-François Roubaud, presidente de la Confederación General de Pequeñas y Medianas Empresas (CGPME), también expresó recientemente su “inquietud por la situación económica de nuestras empresas”, y lamentó “la deplorable imagen que Francia vuelve a dar en los países extranjeros”. Pero, por el momento, los indicadores franceses -estado de ánimo de los empresarios, consumo privado- se mantienen estables.

Los turistas tampoco han desertado Francia, pese a los llamados a la prudencia a sus ciudadanos por parte de las autoridades británicas y estaodunidenses, o a un artículo del diario popular británico, “The Sun”, en el que invita a sus lectores a no viajar a Francia.

La Unión de Artesanos e Industriales de la Hostelería (UMIH) no ve “ninguna repercusión sensible” de la actual situación en su sector, y asegura “no estar preocupada”, por el momento.

Pero “si esto se prolonga, la imagen global de Francia puede verse afectada”, observa Alain Bouchart, uno de los responsables de la UMIH.

La Agencia francesa para las Inversiones Internacionales (AFII), encargada de promover la imagen del país en el exterior, asegura no haber recibido “en absoluto ninguna llamada” de alarma de los inversionistas extranjeros habituales en Francia.

Éstos “asumen el hecho de que cada vez que el gobierno hace una reforma, hay protestas en las calles”.

Pero “si se retira el CPE”, como pidieron el martes en toda Francia entre uno y tres millones de manifestantes, “la señal que enviaría Francia a la comunidad internacional es que se trata de un país incapaz de llevar a cabo una reforma”.

Según el gobierno, el CPE flexibiliza y facilita el empleo en el mercado laboral, pero sus opositores lo consideran como un elemento de “precarización” para los jóvenes trabajadores.

Marc Touati, economista de Natexis Banques Populaires, cree que “la degradación del clima social, pero también la confirmación de la imposibilidad de reformar el mercado francés del trabajo” pueden “deteriorar el clima económico” del país.

Eric Heyer, economista del Observatorio francés de Coyunturas Económicas (OFCE), es menos pesimista.

“Si observamos lo que ocurrió con otros movimientos sociales (huelgas en 1995, la revuelta urbana de fines de 2005), veremos que no hubo impacto en el consumo” de los franceses, cuyo nivel es clave para alimentar el crecimiento económico, subraya el economista.

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