La crisis importada ¡ojo pelao!

La crisis importada ¡ojo pelao!

Las ambiciones, las desigualdades, las diferencias son y pueden ser fuente de problemas graves entre vecinos. Hay problemas, cuando las reses del vecino rompen las divisiones, entran y se comen los sembrados, hay problemas cuando los puercos pasan al terreno de al lado y consumen las hortalizas y vegetales.

Hay problemas cuando sociedades con costumbres, cultura y prácticas de vida diferentes, tienen que convivir forzosamente. A poco se imponen la maldad, la envidia, la codicia, la comparación odiosa entre el terreno fértil y el erial creado por el mal uso del suelo, la destrucción de la floresta.

Hay problemas cuando las diferencias entre lo que tenemos, lo que debemos tener, lo que deberíamos tener, lo que una vez tuvimos, la abundancia de antes, el estilo de vida creado en tiempos de la bonanza económica, y las carencias y crecientes necesidades de cubrir lo básico: comida, bebida, vestidos, trabajo, medicinas, medicamentos, y la realidad que dice que esa situación no va a cambiar en el corto plazo.

Hay problemas cuando se pierde la esperanza, cuando de la Caja de Pandora el descuido dejó salir los males que se dispersaron por toda la tierra y pese a ingentes esfuerzos, no fue posible volverlos a encadenar, a manejar, para bien de todos y en vez de disminuir se replican incesantemente para perjuicio de la humanidad.

Hay problemas cuando cubrir las necesidades animales más elementales, aunque sea mínimamente, se convierte en una tarea ciclópea donde el mejor modo de cubrirlas es convertirse en un profesional del “por Dios y la pena”, tirarse al suelo en cualquier esquina muy transitada, extender la mano y esperar que caigan las limosnas, las dádivas, que quizá permitan comprar una comida.

La historia de la humanidad está llena de ejemplos, de literatura, de enseñanzas bíblicas, que demuestran cómo el hombre ha sido capaz de caer en las situaciones más abyectas para sobrevivir.

Los seres humanos no vinieron al mundo a pasar trabajos, hambre, desnutrición, enfermedades, los seres humanos vinieron al mundo a vivir y vivir significa, casa de abrigo contra las adversidades del tiempo, agua, sol sereno, lluvia, calor, significa comida abundante y bien condimentada, ropa para el tiempo de calor y ropa para el tiempo de frío, trabajo para producir dinero y poder subvenir las necesidades.

Ese es el panorama. Esa es la situación con Haití. Los haitianos tienen como meta República Dominicana, más beneficiosa que echarse al mar.

A nosotros nos toca sortear la fiera que es un pueblo ciego, irredento, sin esperanzas, que ve en su vecino: agua, tierra, bosques, un vergel desatendido.

La consigna de la hora es, haitianos en Haití y cuidarnos de la puñalada trapera que nos pueden dar los que nos invadieron pacíficamente.

¡Ojo pelao!

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