El dilema de los EEUU es dónde establecer la prioridad de la política económica: desempleo o déficit fiscal.

El desempleo ha venido aumentando desde diciembre de 2008. En los últimos tres años el desempleo está en 9.4% el más alto en los últimos 29 años. En junio afectaba a 14.6 millones de norteamericanos, el 9.3% de la población económicamente activa. El 57% de los desempleados tienen un carácter más estructural porque tienen más de 15 semanas en esa condición y afecta más a los jóvenes de 16 a 19 años (24%), a los negros (16.2%) y a los latinos (11.6%). Atacar el desempleo significa aumentar el gasto público y el déficit federal.

Para finales de 2011 se estima un déficit presupuestario de $1.6 millones de millones (mm) que equivale al 10.8% del PIB y una deuda bruta de $15.4 mm, que representa alrededor del 103% del PIB y cada norteamericano deberá más de 49 mil dólares.

El déficit federal, después de ser superavitario en los últimos años de Clinton, se hizo negativo durante los ocho años de Bush (2001-2008) pasando a -2.5% del PIB pero se ha multiplicado por 4 entre 2009 y 2011, al alcanzar -9.9%, como consecuencia de la crisis financiera que originó en EEUU por la falta de controles sobre el sistema financiero y que ha obligado a un descomunal rescate y expansión del gasto. Establecer como prioridad la reducción del déficit implica aumentar el desempleo y la pobreza.

El reciente acuerdo sobre el tope de la deuda en EEUU puso en evidencia que la prioridad de política es la disminución del déficit público. La base del acuerdo es que el gobierno se endeudará en el mismo orden de magnitud en que se propone reducir sus gastos para los próximos 10 años. Además se acordó que no habrá aumento de impuestos a los más ricos. En el largo plazo, ello implica la reducción del gasto en $2.5 mm que afectarán principalmente a los programas sociales y el impacto neto sobre el aumento del empleo será reducido o inexistente. En otras palabras, es esperable que la recuperación económica de EEUU se atrase, si no es que se produce una recesión, que las tasas de desempleo se mantengan elevadas o aumenten y se produzca un efecto en cadena por la caída de la demanda en EEUU que afecte a China y a Europa cuyo desempleo alcanza a 23 millones de personas (casi 10% para 2011).

En resumen frente al dilema entre desempleo y déficit, la prioridad fue al déficit, por lo tanto hay que esperar más desempleo, más pobreza y más concentración del ingreso.