La crisis venezolana vista por televisión

La crisis venezolana vista por televisión

BBC Mundo. En la Venezuela hiperpolarizada de estos días, la pelea post-electoral pasa por tratar de imponer la propia versión de la realidad. Y la arena natural para esa disputa está en los medios de comunicación.

La tensión que vive el país después de que Henrique Capriles exigiera la auditoría de los resultados para reconocer la victoria de Nicolás Maduro en las presidenciales del 14 de abril tiene su escenario más crispado en la televisión.

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En el canal estatal Venezolana de Televisión (VTV), la oposición es mostrada como violenta y golpista mientras el gobierno pide paz. En cambio, en la red privada Globovisión, se oye que la oposición llama a la paz mientras el gobierno, al que la oposición acusa de «robarse las elecciones», busca la violencia.

Los espacios de publicidad agudizan la controversia con «comerciales» que, con impactantes montajes, ofrecen un aterrorizante retrato de la contraparte.

Dos mundos. En los medios oficiales se defiende al Consejo Nacional Electoral y la legitimidad de Nicolás Maduro y el bombardeo contra Capriles es constante. Lo acusan de golpismo y sobre todo de las nueve muertes que, ahora también según la Fiscalía General, se produjeron en el marco de las protestas del día siguiente de la elección.

Para la socióloga y analista de medios Maryclen Stelling «no es que la crispación saltó a los medios, sino que los medios forman parte de la crispación, la reseñan y la alimentan».

«Hay un juego perverso porque los medios de todo el espectro están al servicio de intereses políticos de dos proyectos de país que se confrontan. En Venezuela, los proyectos no se confrontan desde los partidos sino desde los medios», le dijo Stelling a BBC Mundo.

Cambio de manos en Globovisión Antes de las elecciones del 14 de abril, los directivos de Globovisión anunciaron la transferencia del canal alegando que las presiones políticas del gobierno y los juicios y procedimientos administrativos lo convertían en un proyecto «inviable».

Se prevé que esta misma semana cambie la junta directiva del canal.

La oposición siente que es este era el único canal que daba espacio a sus posturas, por lo que temen que el cambio de manos de Globovisión implique un silenciamiento de la oposición.

Mientras ese debate se escenifica en la televisión, la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional conformó una comisión de investigación sobre los hechos que inició sus trabajos acusando a la oposición también de la supuesta quema de centros de salud atendidos por médicos cubanos en zonas humildes.

En Globovisión y otros medios afines a la oposición, sobre todo los diarios en papel, se hacen investigaciones desmintiendo las acusaciones del gobierno y mostrando fotos con esos centros médicos intactos.

También abundan las denuncias de despidos de funcionarios públicos que votaron por Capriles, o una especie de caza de brujas a la búsqueda de fotos del gobernador de Miranda en celulares y perfiles de redes sociales.

No importan cuántas veces se desmientan, cuantas pruebas en contrario muestren unos y otros, el bombardeo sigue. No en vano, según Stelling, los venezolanos tienden a consultar sólo los medios ideológicamente afines.

«De manera que te levantas satisfecho de donde estás y te acuestas satisfecho de donde estás porque todo lo que consultas te refuerza la verdad en la que quieres creer», dijo.

La cadena. Pero VTV y Globovisión son canales minoritarios. Si nos quedamos con lo que mayoritariamente ven los venezolanos, tendríamos que de política no hay mucho, la mayoría del tiempo se están viendo que «la mala» de la telenovela es muy mala, o que el FC Barcelona y el Real Madrid, últimamente, son peores.

«Los otros canales generalistas reproducen lo que dice Capriles pero en el noticiero de las once de la noche. Esto no tiene impacto directo en la acción política. Sí lo tiene la transmisión en vivo de la rueda de prensa», comentó a BBC Mundo Andrés Cañizales investigador de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).

Ante eso, la oposición no tiene mucho que hacer, pero el gobierno cuenta con una especie de As en la manga: la cadena obligatoria de radio y televisión que no duda en usar a discreción.

En estos días de incertidumbre, lo único seguro es la cadena obligatoria de radio y televisión de cada día. Y alguna escuece más que otra. Por ejemplo, el miércoles de la semana pasada, por segunda vez en las últimas dos semanas, Capriles fue interrumpido por una de ellas.

Esa vez justo mientras denunciaba el uso de cadenas para difundir un montaje que lo acusa de las muertes en las protestas del 15 de abril. Su intervención fue interrumpida por una cadena con la misma pieza objeto de la denuncia.

El «miedo». Capriles se queja de que el gobierno interrumpe sus mensajes

«Es el miedo a que yo le hable a cada venezolano, a cada venezolana, sobre sus derechos, sobre la defensa y la lucha por sus derechos», dijo Capriles, cuya intervención sólo era transmitida en directo por Globovisión.

El jueves pasado, Capriles tuvo que esperar cincuenta minuntos a que terminara otra cadena de Maduro que empezó justo cuando estaba por ser entrevistado en la misma televisora.

Cañizales considera que «la posibilidad que tiene Maduro de hacer cadenas incluso interrumpiendo la rueda de prensa de Capriles hace que en términos mediáticos la situación sea bastante desigual».

Según Maryclen Stelling, socióloga y analista de medios, es cierto que «en vista de que no se aceptan los resultados, las cadenas tienen un contenido eminentemente político, de confrontación y deslegitimación del adversario».

«Pero hay que entenderlas en el contexto: Maduro no tiene tiempo suficiente como para presentar las bondades de su gestión y tiene a medio país en contra», le dijo Stelling a BBC Mundo.

El contexto es precisamente lo preocupante: la tensión post-electoral no terminan de disiparse y los medios no parecen estar ayudando a reducirla.

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