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Un mérito que organismos regionales como el Banco Interamericano de Desarrollo le reconocen al Gobierno dominicano es haber mantenido la economía estable y en crecimiento en medio de la crisis que afecta a las grandes economías del entorno.
Y es un hecho real que la economía nuestra, vista en comparación con las algunos otros países, ha nadado con éxito en las turbulencias que azotan las finanzas, economías y el comercio de poderosas naciones.
Pero desde adentro, la economía del país presenta brechas, desequilibrios y aparente confusión de prioridades difíciles de asimilar. Por ejemplo, es difícil entender que al Poder Judicial, con todo y su activismo permanente y costoso, tiene para 2012 una asignación presupuestaria menor que la del Poder Legislativo, y que se destine en el mismo presupuesto más dinero a la seguridad del Metro de Santo Domingo que al cuidado de los 300 kilómetros de frontera.
Otras particularidades del manejo económico es su resistencia a otorgar las proporciones presupuestarias consignadas en la Ley de Educación y en la que rige los gobiernos municipales. La nuestra es una economía que luce muy bien cuando se la compara con un entorno sumido en una crisis que todavía no nos toca. Lo difícil es comprender sus desequilibrios y dislates en lo que concierne a las prioridades.
Inapa y los tubos chinos
El Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (Inapa) debería explicar de manera convincente el porqué tendría preferencia por tubos fabricados en China y otros países para la construcción del acueducto de Peravia.
El organismo oficial habría tomado una decisión que despreciaría, inclusive, la recomendación de España, que financia el proyecto, de que se emplee tubería producida en la República Dominicana.
Contra toda lógica, se pretendería perjudicar a industrias dominicanas que llevan medio siglo produciendo tuberías con apego a los estándares de calidad más exigentes.
Inapa debería explicar cuáles serían los criterios técnicos y económicos aplicados para una tomar una decisión a todas luces inconsecuente con la industria nacional, que tiene instalaciones a poca distancia de la ubicación de la obra y calidad a toda prueba.
