La cruda verdad del presupuesto del 2007

<p>La cruda verdad del presupuesto del 2007</p>

POR ARTURO MARTÍNEZ MOYA
Del Presidente Balaguer se decía que prefería subestimar los ingresos tributarios incluyendo donaciones, y era cierto que lo hacía, le permitía enviar al Congreso Nacional un restringido presupuesto de gastos por departamentos, de ahí la acumulación de deuda social (y enormes atrasos) en los sectores salud y educación; su interés era que al finalizar el año fiscal el total ingresos fuera superior no sólo a lo estimado inicialmente, también a los gastos totales presupuestados y ejecutados por él mismo con mucha prudencia, para de esa manera producir un balance positivo, un ahorro presupuestario como  le llamaba, lo que hoy el FMI y los economistas definen como superávit primario. Con el ahorro presupuestario, y sin rendir cuenta a nadie porque se trataba de un sobrante, a nivel nacional construía apartamentos para los pobres (también los ricos y allegados se quedaban con un buen porcentaje), puentes, caminos vecinales, parques, acueductos rurales, letrinas, aceras, escuelas, pupitres para las escuelas y hospitales, obras que si bien eran fruto de su imaginación y con las que evidentemente tenía un marcado interés político (mantenerse en el corazón de los pobres para reelegirse), lo cierto es que tenían un enorme retorno social en el mediano plazo, por eso se reelegía.

Con el presupuesto de ingresos y de gastos públicos del 2007 el Presidente Fernández intenta imitarlo, los supuestos macroeconómicos en que basó las estimaciones lo delatan, sin embargo, el propósito que tiene con el excedente es muy diferente, trata de financiar a la carrera la construcción de un proyecto de lujo, me refiero al metro, que nadie vislumbra que tenga retorno económico ni social en ningún plazo, más bien será una onerosa carga fiscal para los futuros gobiernos y para el pueblo. Veamos los supuestos para el presupusto del 2007: En su carta del 28 de diciembre del 2006, al Presidente del Senado de la República Dr. Reinaldo Pared Pérez, plantea que se apoya en un crecimiento del PIB real de 6%; la inflación promedio de 5%; el PIB nominal de RD$1,165,407.4 y estima en RD$35.50 por dólar la tasa de cambio promedio. Lo anterior quiere decir que estimó en aproximadamente 11% el crecimiento de la base tributaria, y como los ingresos internos en el 2006 terminaron en RD$193 mil millones para el 2007 serían de RD$214 mil 608 millones, incluyendo la venta de activos y excluyendo nuevos ingresos por progresos en la administración de los impuestos. Dónde está la subestimación de ingresos?

Los supuestos de crecimiento de la economía y de la inflación para el 2007 difieren de lo que públicamente han planteado las autoridades monetarias, de que el PIB real crecería entre 10% y 12% y la inflación en 7%. Tomando como referencia el crecimiento de la economía en 10%, la base tributaria en el 2007 debería crecer 17.5% y los ingresos tributarios llegarían a un monto de RD$227 mil 363 millones, una diferencia de RD$12,755 millones con relación a lo que el Presidente Fernández estimó. Es decir, como mínimo (recuerde que tomé como base el crecimiento conservador según el Banco Central) subestima los ingresos por ese monto.

Con el excedente en los ingresos, y a diferencia del Presidente Balaguer, no serán obras con retorno económico y social lo que construirá el Presidente Fernández, su obra cumbre es el metro que cuando comience a operar deberá ser subsidiado con por lo menos US$100 millones al año, a otro gobernante le tocará hacer la reforma fiscal que se necesitará para buscar el dinero. Los recursos excedentes se asignarán al metro en adición a los RD$3,600 millones que se consignan en el presupuesto con cargo a los ingresos corrientes y con préstamos externos por 170 millones de euros que al vapor aprobó el Congreso Peledeísta; es decir, en el 2007 y de los impuestos del pueblo el metro consumirá un total de RD$23,455 millones, de los cuales RD$10,700 millones se consignaron en el presupuesto y RD$12,755 millones serán asignados por el Presidente Fernández, recursos que serán el resultado de la subestimación de ingresos. No habrá problemas para ejecutar un presupuesto de tal magnitud, el Ing. Diandino Peña es un mago gastando dinero ajeno. Está claro que el Presidente Fernández trata de imitar también en ese aspecto al Presidente Balaguer, la diferencia es que mientras el último mantenía congelado o aumentaba mínimamente el presupuesto de educación y de salud pública, como dije aumentando la deuda social, sin embargo ejecutaba obras que eran del interés de los pobres y de la clase media a nivel nacional; el Presidente Fernández, en cambio, reduce los presupuestos de esas dependencias, aumentando en una mayor proporción la deuda social, pero además dedica el excedente presupuestario para la construcción de un proyecto de lujo, que será utilizado por el 10% de los pasajeros de la parte norte de la ciudad de Santo Domingo, si es que la tarifa se subsidia, de lo contrario nadie se montará después del primer més.

El diferencial de ingresos no representa la totalidad de recursos que el Presidente Fernández podrá manejar a discresión, en el presupuesto del 2007 también se consigna que puede disponer del 5% y del 1% en caso de desastres naturales ó para emergencias; cuando se suman estas partidas al diferencial de ingresos por subestimación, se tiene que son cuantiosos los recursos que podrían estar disponibles para aplicar al metro. De haberse tenido un Congreso Nacional independiente, con ideas propias, con legisladores que sobre los partidos politicos respondan a los intereses de  las comunidades de donde provienen, el excedente presupuestario por RD$12,755 millones tendría como destino el financiamiento parcial del déficit cuasi fiscal del Banco Central, lo que convenía a todos los dominicanos, ello así porque tendía a garantizar la estabilidad de la tasa de cambio y de todos los precios de la canasta familiar. Nunca debió aprobarse el presupuesto de la manera como fue diseñado por el ejecutivo, uno de los cambios que debió introducirse, agregar un artículo que dijera lo siguiente: “el excedente que se produjera entre ingreso estimado y el balance al final de año, se destinaría a pagar parte del déficit cuasi fiscal del Banco Central”.

Pero el Congreso Peledeísta ni cuenta se dió de la existencia de la subestimación de ingresos, los legisladores posiblemente se están enterando ahora que leen este artículo, su preocupación se limitaba a aprobar cualquier cosa proveniente del ejecutivo sin importar su contenido, para demostrar que se estaba con la reelección, fue la impresión que tuvo el pueblo cuando levantaron las manos para aprobar dicha pieza, los préstamos para el metro y la contrareforma fiscal. Aprobaciones, por la forma como se procedió, que dieron verguenza, en cuanto al presupuesto ni siquiera lograron reclasificar apropiadamente los gastos, por lo que también son responsables de la violación de leyes especiales que hablan de partidas específicas para departamentos de la administración pública. 

Como era de esperarse, los legisladores oficialistas, los que al vapor aprobaron el presupuesto, esa mayoría mecánica que ya preocupa al pueblo por el daño económico y social que comienza a producir, tampoco se dió cuenta del error del Presidente Fernández en su carta de remisión del presupuesto; refiere que se producirá un superávit primario de 2.4% del PIB nominal, consistente con la meta negociada con el FMI. Cuando se revisan los datos dicho superávit resulta de 1.94% del PIB, con una diferencia de 0.46% del PIB con relación a lo que se negoció con el Organismo Internacional. También que del superávit primario se aplicará 1.7% para pagar los intereses de la deuda pública y 0.5% se enviaría al Banco Central para cubrir parte del déficit cuasi fiscal; pero como el superávit (según las mismas cifras del presupuesto) es de 1.94% del PIB, lo que realmente está quedando para el Banco Central es 0.24% del PIB ó la suma de RD$554 millones, suma muy diferente a lo que se habría acordado con el FMI según la carta del Presidente de la República; pero ni siquiera de simbólico podría calificarse dicho monto, eso y nada es lo mismo.

El FMI está esperando sentado en Washington, con una lupa revisará el presupuesto aprobado, se dará cuenta que para el Banco Central no hay prácticamente nada, lo que con seguridad será inaceptable. Además, le llamará la atención que los gastos corrientes en el 2007, en lugar de reducirse como se prometió en los discursos el Presidente Fernández, aumentan en 10% con relación al 2006 (de RD$144,685 a RD$159,263 millones), situación que los legisladores del PLD debieron observar con preocupación. El FMI sabe que los presupuestos son irrespetados en República Dominicana, el ejemplo más reciente se tiene como el mismo metro, en el 2006 se presupuestó RD$1,835 millones y se ejecutó más del doble. Por eso no cree en la promesa de reducción del gasto total, confirmándose con el contenido del presupuesto aprobado para este año que en lugar de una reducción plantea un aumento en el gasto corriente.

Empresarios y consumidores se quejan de que tienen un gobierno que los obliga a pagar elevados impuestos, que los regula de manera extrema, para financiar gastos corrientes excesivos y una obra de lujo, es decir, un gobierno que nada devuelve, un gobierno ineficáz, que nada tiene que ver con ideología, que se basa en la mentira para imponer nuevas cargas, que habla de la existencia de una presión tributaria de 18.4% para el 2007, a sabiendas de que ha sobre-estimado el crecimiento y el nivel del PIB nominal. Para el gobierno el PIB nominal del 2007 será RD$1,165,407.4, sin duda una exageración si se toma en cuenta que en el 2003 apenas era de RD$503,300.0 millones. No puede ser que en tres años más que se duplique el PIB nominal, eso nadie lo cree. Cuando se calcula correctamente el crecimiento real de la economía, respetándo los aportes de los sectores importantes, el PIB corriente del 2007 no supera los RD$950 mil millones; la presión tributaria entonces resulta de 25% del PIB corriente y no de 18.4% como dice el Presidente Fernández en su carta. La diferencia entre ambos números mide la magnitud de la diferencia que hoy existe entre el gobierno peledeísta y los productores y consumidores. Mientras el gobierno dice que hay espacio para más impuestos, el pueblo se queja de que no puede pagar los que existen.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas