La Cruz Roja, Solferino
y Juan Enrique Dunant

La Cruz Roja, Solferino <BR>y Juan Enrique Dunant

La Cruz Roja nació en Ginebra, Suiza, en el 1863. Esa institución o sociedad tiene ya 147 años, en su origen tuvo por primordial finalidad atender a las víctimas de las guerras.

Pero, en honor a la verdad, la Cruz Roja no solamente se ha concretado a prestar sus ingentes servicios en los conflictos armados, sino que ella se multiplica para aliviar la suerte de la humanidad doliente, en muchos campos de angustia y dolor. Ella dice presente en las catástrofes, en los desórdenes sociales, en la falta de seguridad colectiva, en los peligros que amenazan la salud y hasta la vida misma. Esa meritísima sociedad se empeña en proteger y asistir a las víctimas de las calamidades que azotan al mundo.

De esa noble sociedad hay que decir que no se circunscribe a proteger a una raza, a una región especial o a una cultura determinada. No, ella se empeña en auxiliar y en ofrecer asistencia a todos los seres humanos que sufran. De esa noble sociedad hay que decir que su padre fue el filántropo suizo Juan Enrique Dunant, que recibió el Premio Nobel de la Paz en el 1901. Dunant tuvo ingentes y serias motivaciones para empeñarse en la fundación de la muy humanitaria sociedad.

Y todo se debió a que él fue testigo de la sangrienta batalla de Solferino, el 24 de junio de l859, y después prestó servicios y ayudas a los heridos de esa hecatombe con carácter de horrenda carnicería. Los conocedores de esas terribles cosas que son los duelos a muerte de los ejércitos y que llaman batallas, han llegado a confesar que las batallas más sangrientas del siglo dieciocho, fueron la de Borodino en 18l2, en Rusia; la de Leipzig en Alemania en 1813; la de Waterloo en Bélgica en 1815; y la de Solferino en Italia en l859. En estas cuatro carnicerías de hombres, participaron los ejércitos de Francia. En las tres primeras estuvo presente Napoleón el grande y en la cuarta su sobrino, el emperador Napoleón tercero, al que Víctor Hugo llamaba “Napoleón el pequeño”.

Se afirma que de esas cuatro batallas, la más sangrienta fue la de Solferino. Ese terrible duelo a muerte se debió a que Napoleón tercero, en 1859 se decidió a sacar de Italia a los austríacos, donde llevaban diez años como ocupantes. Para enfrentar al emperador de Francia en Italia se encontraba el emperador de Austria, Hungría, Francisco José de Habsburgo. La primera derrota para los austríacos ocurrió en 1859 en Magenta, cerca de Milán. Los austríacos se concentraron en Solferino a orillas del río Mincio. Y hacia allá se encaminó Napoleón tercero, con sus tropas. Juan Enrique Dunant fue testigo de la gran hecatombe. El filántropo vio lo que durante quince horas ocurrió en Solferino. El 24 de junio de l859, se enfrentaron más de trescientos mil hombres. Algo notable acaecido en esa batalla fue que los franceses realizaron el uso de globos aerostáticos para estudiar el terreno. Los franceses disponían de ciento cincuenta mil hombres y cuatrocientas piezas de artillería.

Y por su parte los austríacos contaban con ciento setenta mil hombres y quinientas piezas de artillería. Juan Enrique Dunant vio lo que aconteció en Solferino. Lo que contempló fue algo espantoso ¡Hubo duelo de artillería! Juan Enrique Dunant contempló cosas de pesadilla: Ataques a sablazo, luchas a bayonetas caladas y se reventaban cabezas.

Era una bestial matanza, una furiosa carnicería y los que ya no tenían armas se agarraban a sus enemigos y con sus dientes les desgarraban las gargantas. El dantesco terror de Solferino llevó a Dunant a escribir el libro “Recuerdos de Solferino”. Y luego bajo la pesadumbre de su perenne pesadilla, tuvo la magistral idea de fundar “La Cruz Roja”. Y al escribir “Roja”, se pluraliza el vocablo y se convierte en “Rojas”, que precisamente es el primer apellido del esforzado director de la “Cruz Roja” de aquí, donde él Bautista Rojas Gómez, se esfuerza para que la institución se multiplique para servirle a la comunidad afligida y flagelada. Ah, la institución que nació en Suiza que tiene su bandera con una blanca cruz sobre fondo rojo. Y la bandera de la benéfica institución, tiene una roja cruz sobre un fondo rojo.

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