La Habana, Cuba.- Tras captar con su cámara los grandes eventos de la historia reciente, el fotógrafo Peter Turnley exhibirá en La Habana una selección de su trabajo, incluidos retratos de una Cuba “dinámica y vibrante”, en la primera gran muestra de un estadounidense en la isla en más de cinco décadas.
La retrospectiva incluye 130 instantáneas de su amplia trayectoria como fotorreportero de The Newsweek, en unos noventa países durante cuarenta años, en los que ha sido testigo de lo mejor y lo peor de la condición humana, según dijo el propio Turnley en la presentación a la prensa de su exposición, que se inaugurará el próximo viernes en el Museo de Bellas Artes de La Habana.
Bajo el título “Momentos de la condición humana”, la muestra de Turnley (Indiana, 1955) recoge “todo el espectro de vida”, es decir, “desde momentos poéticos, bonitos, tiernos, románticos y con amor; hasta el extremo contrario con situaciones de injusticias, opresión, conflicto, pobreza y dificultad».
Ejemplo de esto último son sus fotografías sobre conflictos como el del Golfo Pérsico, los Balcanes, Ruanda, Sudáfrica, Chechenia, Afganistán, el palestino-israelí y la guerra de Irak de 2003.
Al otro lado del espectro y entre sus trabajos que documentan el lado positivo de la vida, Turnley destaca sus instantáneas de Cuba, país al que viajó por primera vez en 1989, con motivo de la visita del entonces líder soviético, Mijaíl Gorbachov, y al que ha regresado desde entonces más de una docena de veces.
“Cuando camino por estas calles, hay una constante que he visto en Cuba, que es gente vibrante, dinámica, alegre, perseverante, determinante y feliz”, subrayó Turnley, radicado en París desde 1975.
Esa vitalidad y alegría se aprecia en sus fotografías de niños jugando en el Malecón de La Habana, en sus imágenes sobre clases de ballet o en las caras de los transeúntes del popular barrio de Centro Habana. “Durante mi carrera siempre he tratado de estar en los lugares donde se hacía la historia y estoy muy contento de estrenar esta retrospectiva de mi trabajo en ese momento tan especial de la historia de Cuba”, expresó agradecido.
Después de pasar las últimas cuatro décadas de su vida recorriendo el mundo, Turnley se ve a sí mismo “como un gitano, que encuentra su hogar allí donde está a gusto y considera su familia a la gente con la que se encuentra cada día»; una sensación que ha tenido todas las veces que ha viajado a Cuba.
“Este es un lugar donde siento que la vida no es individualista ni material, sino que existe la noción de vivir en comunidad, con amigos y familia, en vecindad”, destacó Turnley, que dio el salto a la fotografía profesional como asistente de Robert Doisneau en 1981, lo que le abrió las puertas de importantes publicaciones como The New York Times, Time, The Newsweek y Paris Match.
“No hay nada más emocionante para un observador que la sensación de que puedes aprender algo de la gente que vas conociendo. Y cada vez que vengo a Cuba tengo la sensación de haber aprendido una gran lección de vida”, agregó.
Su idilio con la fotografía comenzó con 16 años, cuando una lesión en atletismo le obligó a pasar varias semanas en un hospital, donde recibió como regalo de sus padres un libro del legendario Henri Cartier-Bresson, una “revelación” que lo animó a comprarse su primera cámara.
“La cámara enseguida se convirtió en dos cosas para mí- un pasaporte que me permitió ir a cualquier lugar y conocer gente y, en segundo lugar y quizá más importante; la cámara me dio voz, me dio la oportunidad de hablar sobre lo que estaba viendo, sintiendo y observando”, explicó.