La tendencia descendente del barril de petróleo de US$115 en junio a US$90 la semana pasada y a un promedio de US$84.56 en 2015 según estima el FMI, está generando cambios en el panorama político y económico mundial. En el equilibrio geopolítico, de repente los Estados Unidos se convierte en el productor “bizagra”, el que decide el nivel y la tendencia del precio mundial, al aumentar su producción diaria en millones de barriles de 6.946 en 2011 a 9.463 en 2013, tendencia que ha continuado en 2014. Reduce el desequilibrio externo, lo que podría impactar positivamente en el crecimiento y el empleo, dependiendo de lo que cada país haga con el ahorro en la factura petrolera.
En República Dominicana impacta en dos direcciones y el balance neto no es posible pronosticarlo con certidumbre, por lo que será necesario esperar para ver lo que pasa finalmente, me explico. El positivo, la reducción de la factura petrolera, el Gobernador del Banco Central dijo que el FMI lo estima en US$600 millones para el 2015, si el barril de petróleo se reduce 17.5% (de US$99.36 a US$84.56). Creo que será por un monto menor, porque aumentará el consumo de gasolinas y gasoil, en 5% lo sugiere la elasticidad-precio. Como dicen los economistas para que pocos lo entiendan: el monto en que se reduzca la factura petrolera por el efecto precio podría ser menor y hasta compensarse por el efecto cantidad (aumento en el consumo de combustibles).
El negativo, también por efectos precio y cantidad será menor el financiamiento Petrocaribe; aunque tampoco es posible pronosticar el monto con certidumbre, estará por debajo de lo programado, lo mismo sucederá con la entrada de capital y la acumulación de reservas internacionales netas. Al promediar US$84.56 el barril de petróleo, disminuye el porcentaje financiado de 50% a 40%. Además y en teoría Venezuela debe financiar 50 mil barriles al día, pero por sus problemas financieros podría reducir la cantidad e incluso eliminar la cuota temporalmente. Lo prevé el Acuerdo, refiriéndose a la cuota dice: “será objeto de evaluación y ajuste en función de las disponibilidades del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela, de las decisiones que adopte la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), y de cualquier circunstancia que obligue al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela a cambiar la cuota asignada”.
La realidad podría imponerse, Venezuela necesita dólares frescos para reducir su déficit fiscal de 18% del PIB, pagar deuda externa (US$15,000 millones), mejorar sus reservas internacionales y estabilizar la moneda. Podría hacer cambios en la política petrolera, incluyendo la venta en el mercado secundario de valores de la deuda Petrocaribe por US$21 mil millones, de los cuales US$4 mil millones corresponden a República Dominicana. También suspender temporalmente el financiamiento a algunos países, para lo que no necesita una reunión de Jefes de Estado, tampoco de cancilleres, porque se estableció en el Acuerdo: “Podrá ser modificado o denunciado cuando el interés del Gobierno de la Republica Bolivariana de Venezuela lo exija, en cuyo caso será notificado al Gobierno de la República Dominicana, por escrito y por la vía diplomática, con treinta (30) días de anticipación”.