La Cueva de la Lechuza

La Cueva de la Lechuza

POR DOMINGO ABRÉU COLLADO
Propiamente todas las cuevas vienen a ser de las lechuzas, porque son las aves que están más relacionadas con éstas, principalmente las entradas, pues las lechuzas no son aves como los guácharos (Steatornis caripensis), que pueden moverse mediante ecolocación en medio de la oscuridad de las cavernas.

O pudiera decirse que todas las cuevas “eran” de las lechuzas, hasta que el crecimiento de la población humana las fue desplazando cada vez más lejos de las zonas ocupadas por la actividad humana, lo que ha ido disminuyendo la población de estas aves, siendo probable que alguna vez entren al libro rojo de las especies en peligro de extinción, por lo menos en la República Dominicana.

Pues buscando una cueva en la loma de El Copey, que es la más alta elevación de la provincia Montecristi, más propiamente en Villa Vásquez, nos encontramos con esta cavidad, a la que pudiera accederse no sin cierta dificultad, pero dada la actual condición de lugar de anidamiento de una lechuza y su cría, preferimos dejar para después su exploración y dar tiempo a que la cría pueda salir de la cueva sin peligro en tanto nosotros la exploramos.

La loma de El Copey, nombre seguramente recibido por la presencia relativamente abundante de este árbol en la zona, es una elevación de calizas poco concrecionadas, muy débiles y poco dadas a permitir libertades a escaladores. En esta loma, nos indicó Santiago Peña, de Villa Vásquez, es donde se encuentra una cueva que según su descripción resulta importante para la exploración espeleológica, por dos razones: primero, sería la única cueva reportada para la provincia de Monte Cristi, y segundo, debería estar asociada a un yacimiento indígena que se encuentra en el lado oeste de la misma loma, según nos informó el mismo Santiago Peña.

De este yacimiento se dice que se han removido piezas completas y de gran valor arqueológico, las que han pasado al mercado ilegal del tráfico del patrimonio cultural.

Si el yacimiento es como se dice, entonces es posible también que la cueva que le suponemos asociada sea muy importante también, en términos de arte rupestre, naturalmente.

Otra cueva que puede estar asociada al yacimiento es la Cueva de La Tina, más cerca de la costa y la segunda de la que hemos recibido reporte, pues antes de conocer la existencia de la Cueva de la Tina solamente teníamos el reporte de la cueva de la loma de El Copey, que a todo esto no la hemos visitado, porque aunque el viaje a la zona fue en busca de esa cavidad, la verdad es que no dimos con ella, por la siguiente razón, que espero le sirva a algunos exploradores e investigadores.

Llevados al sitio por una de las personas que estuvo en la cueva, Santiago Peña, éste no estaba en condiciones de salud como para ascender la loma hasta la cueva en cuestión, por lo que se buscó a un “práctico” del lugar para que nos llevara hasta ella.

Iniciamos la subida, Santiago nos esperaría en el vehículo.

Luego de subir casi hasta la cima de la loma iniciamos un descenso por la parte boscosa, para luego volver a subir, y de nuevo bajar, y otra vez subir, y así hasta llegar no a la cueva, sino a la conclusión de que nuestro “práctico” no sabía donde estaba la cueva.

Cuando le preguntamos nos dijo que “le dijeron” por donde estaba la cueva, información que ya yo no creía que nos sirviera de mucho.

En un momento en que creímos haber llegado al área donde debía estar la cueva, nuestro “práctico” no se atrevió a escalar una parte “porque le daba vértigo”, lo que nos confimó que todo el esfuerzo hecho hasta ese momento no nos sería recompensado sin el acceso a la cueva buscada.

Pero una lechuza salvó el día. Durante la buscadera espeleológica encontramos una cueva, la que nombramos la Cueva de la lechuza. Y aunque la madre no esperó por la foto, dándome un terrible aletazo y alzando el vuelo, si pudimos tomar al polluelo, un hermoso ejemplar al que respetamos su derecho a terminar su desarrollo y, como ya dijimos, esperar a que pueda abandonar el nido para nosotros volver a su exploración.

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