La cueva de San Juan Bautista

La cueva de San Juan Bautista

POR  DOMINGO ABRÉU COLLADO 
Una cueva que parece ser la utilizada por San Juan Bautista tanto antes como después de haber bautizado al mismo Jesucristo, fue declarada como tal por el arqueólogo británico Shimon Gibson, quien ha estado trabajando durante casi treinta años en Jerusalén. Gibson localizó en el interior de la cueva una laguna y varios artefactos asociados a la actividad bautismal de Juan el Bautista, de hecho el fundador del cristianismo, habiendo sido él mismo quien “cristianizó” al propio Jesús de Nazareth al bautizarlo en las aguas del río Jordán.

Entre los artefactos encontrados por el arqueólogo Gibson están varios de los utilizados para la unción, ritual practicado por los cristianos con más cotidianidad que en el presente. En la actualidad, el ritual de la unción se practica solamente al aplicar los santos óleos a algunas personas al morir. El uso de aceites en recipientes de la antigua ritualidad cristiana –como los encontrados en la cueva indicada- quedó relegado por el rápido y más barato proceso de bautizar con agua, y más bien poca agua de una pila, que puede incluso ser reutilizada.

La Cueva de San Juan el Bautista se encuentra a 15 minutos al oeste de Jerusalén, unos 20 kilómetros aproximadamente, y a 5 kilómetros del pueblo de Ein Kerem, supuestamente el sitio de nacimiento de Juan. La cueva está localizada en el extremo de una plantación de nectarinas de un kibbutz, y en las cercanías se han levantado varios templos en memoria de los hechos de Juan el Bautista. Regularmente en Israel hay levantados templos casi en todos los sitios frecuentados por Jesús y sus apóstoles, lo que echó a perder los sitios como lugares de investigación arqueológica.

Sin embargo, esta cueva recién declarada como la de Juan el Bautista, se había mantenido ignorada desde finales del siglo XI, luego de Las Cruzadas, guerras que dieron por terminado el dominio musulmán de Tierra Santa.

Al quedar ignorada la entrada de la cueva –aparentemente por su pequeñez – el sitio no fue utilizado y sepultado como ha ocurrido con otros sitios sagrados de Jerusalén; como ocurrió con el mismo Calvario, donde se levantó un templo bajo cuyo centro se encuentran los lugares en donde estuvieron enclavadas las cruces de Cristo y los ladrones. Otro sitios sepultados por templos fueron la cueva donde sepultaron a Jesús, la casa de Pedro, la casa donde ocurrió la Anunciación y otros lugares sagrados del cristianismo.

Permanecer ignorada la Cueva de Juan el Bautista permitió que ésta se conservara intacta para los trabajos de arqueología que se llevan a cabo dirigidos por Shimon Gibson, quien no se sabe si tiene algún parentesco con el también británico Mel Gibson, director de la última película realizada sobre la muerte de Cristo e identificado como católico rayano en el fanatismo.

La cueva de San Juan el Bautista se abre en una colina rocosa, a 24 metros de profundidad. Su interior no es muy amplio, apenas cuatro metros de ancho y otros cuatro metros de alto, suficiente espacio para la actividad bautismal de Juan, quien aparentemente utilizaba las aguas de una laguna del interior de la cueva, a la que se llega por una serie de escalones. Sabido es que las actividades cristianas post-Jesucristo debieron realizarse a escondidas, en cuevas y catacumbas, para evitar la persecución a que fueron sometidos los cristianos.

Según Shimon Gibson, las evidencias de vínculos específicos entre la cueva y San Juan el Bautista provienen “de dibujos hechos hace unos 400 o 500 años después, que lo representan de manera similar a otras muestras de arte bizantino. Una de las imágenes también muestra la cabeza cortada de Juan.”

No obstante la seguridad de Gibson, el descubrimiento generará sus polémicas tanto religiosas como científicas, como ocurre generalmente con los sitios vinculados a los relatos bíblicos. El arqueólogo asegura haber realizado “varias pruebas para convencerse a sí mismo de que su teoría tiene sentido” según aparece en el reportaje de Reuters firmado por Matthew Tostevin en Tzova, Israel. “Nada como esto se ha encontrado en ninguna parte. Es la primera vez que tenemos hallazgos del comienzo del período bautismal (del cristianismo). Es un descubrimiento asombroso que ocurre una vez en la vida de un arqueólogo”, declaró Gibson para el reportaje de Tostevin en Reuters.

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