La cura puede estar en los alimentos que consumas

La cura puede estar en los alimentos que consumas

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La Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-LELHA) la describe como la patología en la que se dan cifras de presión arterial (fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias) por encima de 140/90 mmHg. Para ayudar a combatirla, toma nota sobre estos alimentos.

Plátanos (guineos). Con gran cantidad de potasio, fundamental para el correcto equilibrio líquido del organismo, lo que garantiza una presión arterial adecuada. Además, una dosis alta de potasio favorece la eliminación de sodio, que consumimos, principalmente, en forma de sal, con sus efectos nocivos sobre la tensión.

Mejillones. Otra de las fuentes ricas en potasio, aunque hay que moderarlos ya que su contenido en sodio –los de lata– podría ser contraproducente.

Leche desnatada. En la mayoría de los estudios epidemiológicos se observa que una baja ingesta de calcio está asociada a un predominio de hipertensión. La mejor fuente de calcio es la leche, que, descremada, puede aportar incluso más.

Chocolate amargo. Investigadores de la Universidad de Colonia, Alemania, han demostrado que el consumo de chocolate negro produce una caída significativa de la presión arterial.

Dátiles. Durante la desecación, se reduce su contenido de agua, lo que da paso a una mayor concentración de sus nutrientes, entre ellos el potasio, fundamental para controlar el equilibrio del agua de dentro y fuera de la célula.

Tomate. Su principal componente es el licopeno, de gran poder antioxidante; ayuda a mantener la salud de las arterias, conservando su flexibilidad para dilatarse y contraerse al paso de la sangre.

Berenjena. Tienen grandes cantidades de magnesio, mineral que evita los edemas y permite que la tensión se mantenga en sus valores adecuados.

Melón. Contiene bastante potasio, pero sobre todo agua (cerca de un 80%), lo que lo convierte en un excelente alimento que aporta líquido, ayuda a eliminar toxinas y favorece el flujo sanguíneo.

Las bebidas que calman tu estrés

Algunas bebidas e infusiones pueden ayudar al organismo a relajarse, del mismo modo que lo hace una dieta adecuada.
La manzana, la menta y la valeriana son tus aliadas contra el estrés.
Más allá de la tradicional valeriana, el zumo de manzana, las infusiones de menta o la manzanilla también te ayudarán.

Contra el cansancio es excelente el zumo de manzana caliente con canela.

Se prepara calentando a fuego medio un vaso de zumo de manzana sin colar con un trozo de canela en rama (con propiedades calmantes) hasta que la mezcla alcanza la ebullición.
Este preparado puede beberse en cualquier momento, mejor cuanto más distanciado de las comidas sea.

Las infusiones de menta, valeriana o manzanilla siempre son de gran ayuda. Se pueden edulcorar con un poco de miel o de jarabe de arce.

Son aconsejables ocho vasos de agua al día como mínimo. El agua posee el efecto de diluir la sangre, que adquiere más viscosidad debido al cansancio.

El estrés y el cansancio hacen que la médula ósea y el bazo produzcan más factores coagulantes y glóbulos rojos, cosa que espesa la sangre. Asimismo, una buena hidratación interior hace que la piel, que puede estar seca y rugosa por el estrés, recupere su suavidad y su tersura.

Consejos para mejorar el reflujo

Cuando el ácido del estómago entra en contacto con el esófago, lo que se llama regurgitación, se tiene una sensación de quemazón en el pecho o la garganta que los médicos llaman pirosis, acidez o ardor. Para evitar este trastorno tan molesto te aconsejamos:
Elevar de 13 a 15 centímetros los pies de la cabecera de la cama o poner más almohadas en la cabeza y espalda.
Comer despacio, masticando muy bien los alimentos.
Evitar los alimentos grasos, picantes, preparados de menta, con cafeína, bebidas de cola y carbonatadas.
Evita las ropas ajustadas.
Realizar una dieta en caso de tener sobrepeso.

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