Haydée Kuret y Ricardo Koeing, presidentes de la Asociación Nacional de Hoteles y Restaurantes (Asonahores) y de la Asociación Dominicana de Exportadores (Adoexpo), utilizaron sendas copas para demostrar cómo la falta de competitividad afecta a los empresarios dominicanos con relación a sus homólogos de la región.

Mientras una copa producida en Costa Rica se vende más barata porque los costos de producción son menos elevados, la de República Dominicana arrastra los apagones y una carga fiscal que para ellos es injusta.

A la queja se unió Manuel Díez Cabral, presidente de la Asociación de Industrias de la República Dominicana (Aird), quien para rebatir las nefastas proyecciones del Banco Mundial sobre la caída de las exportaciones en la región, dijo a viva voz que el país tiene condiciones para competir.

Su tesis es esta: si a China, Brasil o Argentina se le cambian las reglas del juego con un servicio eléctrico deficiente, es probable que sus números bajen.

“Esa es la realidad que se debe  romper”, sentenció Kurte, la aguerrida representante de los hoteleros.

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El santiaguero

Fernando Capellán viene dos veces a la semana a l Distrito Nacional, para solucionar asuntos de interés para las zonas francas, pero le desagrada viajar tanto a la capital porque, si por él fuese, nunca saliera de su amado Santiago.