La danza de los impuestos

La danza de los impuestos

En nuestro país los políticos llegan al gobierno sin conocer la Historia Universal y la nuestra reciente la ignoran por completo, por eso constantemente viven amenazándonos con el juego de los impuestos, lo cual no es serio ni correcto. Hasta con el impuesto de matriculación de los vehículos del transporte público y privado, hacen lo que les dá la gana y por otra parte lesionan a los exportadores de nuestros productos, que son el verdadero ahorro de la Nación, y por otra parte penalizan duramente los artículos que importamos, que por consiguiente no estamos en capacidad de producir. A veces pienso que endurecen el cobro de los impuestos en una forma de obligar al voto a favor de la candidatura gobernista.

Amenazan con endurecer la fiscalidad para meter miedo a los ricos y le den el voto, a pesar que una vez lo hayan endurecido no les saldrá nada. Yo me había atrevido a pensar que no estaría mal aplicar una nueva amnistía fiscal para recuperar fondos que andan caminando y vagando por el mundo, que sus dueños no saben como terminará la crisis económica con que nos tienen embalsamados. Y pensar, que son estúpidos, pues muchos de esos fondos, si regresaran se convierten en varillas y cemento y así el Estado, gana en nuevas recaudaciones, pues al darles apellido se convierten en hijos legítimos del país y tendríamos construcción por rato.

Se que esto no lo entiende ni el gobierno ni ciertos economistas, por tanto, no esperemos con fuegos artificiales en la economía de los años por transcurrir. No se verán festejos importantes en el horizonte previsible, sino llanto y más pobreza a medida que transcurran los días.

Para lo que sobran fondos es para llevar a Irak, nuestros pobres soldados, pero sobre esto es mejor no hablar.

Lo importante no es crear más impuesto, sino que los ciudadanos produzcan para poder pagarlos, porque de lo contrario el Estado pronto se igualará con los más pobres del país. Si se aceptase la realidad que vivimos y se reconociesen como hijos legítimos esos fondos que vagan en el extranjero o están depositados en las cajas de seguridad dentro del propio país, y se les diese apellido, una buena parte se convertirían en prados productivos o en ladrillos para la construcción. Anímense a dar el paso y hasta la deuda se reduciría.

Lo que pasa en este país es que los ciudadanos con vocación política no entienden que su deber es dedicarse a desarrollar esa vocación en función del servicio público y tienen el deber de participar en las cosas políticas para beneficiar a la sociedad y para ello deben dedicarse a adquirir los conocimientos necesarios para cumplir mejor con el desempeño de su labor. Es sabido que alguien tiene que ejercer el poder público con seriedad y honradez, si es posible, desplazar a los corruptos del tren administrativo. La sociedad tiene que ser gobernada por los mejores, los más capaces y los más responsables, porque solamente ellos en el poder, harán las cosas correctamente y el país avanzará y no seguirá endeudándose en beneficio de nos pocos que no les importa lo que pueda suceder, si no llenarse los bolsillos, aún cuando el país sufre tremenda frustración. Las gentes tienen que reaccionar antes de que ya sea tarde.

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