La Danza de los Millones

La Danza de los Millones

Gerard Radhamés De Los Santos

Tengo en mi teléfono móvil un cuento en formato PDF que escribí hace un tiempo.  El cuento, me ahorro el nombre, está ambientado dentro del contexto e inicio de la intervención norteamericana que sufriera el país en 1916.  ¿Por qué lo veía? Pues la verdad, estaba aburrido, es común estarlo en un tren, atestado de estresadas personas, pensando llegar a casa luego de una sofocante jornada, salía de la Estación Retiro en Buenos Aires, específicamente la línea Bartolomé Mitre.  He querido editarlo pero, ¡Cóntrale!, me ha costado bastante, hay muy pocas personas apoyando arte hoy día.  Bueno… lo volví a leer, no tenía nada que hacer, entonces pensé en hacer un estudio, un apéndice, de la llamada “Danza de los Millones” que vivió el país en un corto periodo dentro de la Primera Guerra Mundial, fruto de las alzas de precios que tuvieron los productos agrícolas de nuestros campos.

Aproveché el WI-FI del transporte público, y escudriñando en la red encontré muchos datos.  Las obras públicas aumentaron sustancialmente en vías de tránsito, escuelas y centros de salud, así como en dependencias estatales para aquella época.  La economía doméstica logró cierta estabilización. ¡Epa!, al fin vi que en mi país alcanzaban los “mojosos”.  Sin embargo, a mi regreso mentalmente al día de hoy, vi que ya no era así.  El dinero del Estado no alcanza…   Quizás  Manuel Moisés Montás lo explicaría con más delineo académico, pero yo no puedo, debo ser sincero y directo para que entendamos adónde va el dinero.

Empecemos por los ministerios; El Ministerio de la Mujer nace con la ley  86-99, su naturaleza, luego de un pasado evolutivo institucional era y sigue siendo, en teoría, la defensa de la mujer como segmento de la población considerada “más vulnerable”.  Sin embargo dentro de esta institución estatal y el marco que la crea en funciones, no se ha visto una mejoría de las condiciones y representación de la mujer dominicana. Su existencia no ha disminuido, junto a otras agencias estatales, los abusos contra ellas, y es la ausencia de una mecánica simple y sociológica, solo se está “tratando” de representar a un segmento, que según nuestra poca actividad social, se considera vulnerable.  La nueva evolución de este ministerio debe estar centrada en la equidad de género y fomentar la familia.  Convertirlo en el Ministerio de Equidad, Género y Familia, encaminaría con políticas claras el rol del Estado en reorientar la familia como núcleo sensitivo de la sociedad.  A pesar que solo en el presupuesto del 2016 se otorgaron unos 530 millones de pesos, su rol no se percibe y no ha aportado lo suficiente para los cambios estructurales a los que nos referimos.

Por su parte, el Ministerio de Cultura, recuerdo -a modo de anécdota- que un amigo lo llamó “Ministerio de Bultura”. Pudiera seguir tomándose como graciosa lo desvirtuado del nombre pero no se puede tomar a gracia el hecho de que a este ministerio se otorgó en el presupuesto del 2016 unos 2,200 millones de pesos.  En los últimos años solo se han creado 2 ó 3 museos más, la Plaza de la Cultura se percibe como un parque, existen en ella museos, los cuales ya no son visitados por una cantidad considerable de estudiante, y realiza la llamada Feria Internacional del Libro donde irónicamente se vende más comida y chucherías que libros. La Plaza del Conservatorio, unos edificios al lado de un popular anfiteatro, así lo ven muchos y si no mal recuerdo, creo que solo los Palacios de Bellas Artes de San Cristóbal y Bonao se han puesto en vigor.  El poco fomento de las incursiones en las Escuelas de  Bellas Artes, una huelga kilométrica de docentes de arte, con sueldos de dedícate a otra cosa, y para no seguir no recuerdo, ni yo, ni los que tengo presente a la hora de escribir esto, el aumento y fomento de bibliotecas sostenibles.  Lo que me da a entender, luego de concluida mi risa por el término de Ministerio de Bultura, que el término, no lejos de la realidad, aunque gracioso, preocupa.

El joven, aunque más viejo por dos días que el anterior, de estos ministerios es el Ministerio de la Juventud, cuyo fin es principalmente la promoción de la llamada población joven, a modo de caricatura deja fuera a los de medio siglo y más allá que se sientan jóvenes de espíritu.  El Ministerio de la Juventud recibió como asignación presupuestaria del 2016 unos 430 millones de pesos.  Me emocioné mucho al tratar mi investigación administrativa sobre este ministerio pero ¡sorpresa!, desde su creación y entrada en funcionamiento en la década pasada, este organismo solo ha beneficiado al 1% del segmento de la población llamado a promover.  Habría que revisar su existencia jurídico-presupuestaria.

Instituciones como la Administración General del Parque Mirador Norte, ya debería ser administrado por el Ayuntamiento del Distrito Nacional, pues el Estado Central debe tener ya una posición administrativa nacional y no local.  Pregunté, en una encuesta informal, y nadie sabe qué es PROCOMUNIDAD, asumí que tampoco sabían que esta dependencia supera los mil millones de pesos en manejo.  Los Canucos y viejos INESPRE con 950 millones, INAVI con 370 millones.  La Dirección General de Desarrollo de la Comunidad, ¡vaya! cerca de 150 millones, y el Consejo Estatal del Azúcar ni teléfono bueno tiene. El Instituto Dominicano de Seguridad Social, por cierto, felicidades a nuestro amigo César Mella por su designación al frente del cascaron IDSS,  con 11 mil millones de pesos, aun así arrastra un déficit mensual que supera los 30 millones de pesos, servicios malos, sueldos atrasados, mal pagados, clientelista y sin una verdadera representación social de los trabajadores.

Cómo olvidar a Monte y Piedad, un pilar noticioso en corrupción en los 80’s y los 90’s, los Institutos de Desarrollo del Noroeste y el Suroeste, el primero con 15 millones y el segundo con 96 tururúse, ni sabía que existían, vaya usted a saber qué desarrollo sostenible aportarán con lo que se le asigna. Las Comisiones Presidenciales de Desarrollo Barrial, Provincial y Fronterizo, dígame usted, lo mismo pero con otros nombres y nóminas.  Las de Reforma y Modernización como Sector Salud y otra de las Fuerzas Armadas, las Direcciones Generales de Embellecimiento y Comunidad Digna ni hablar, no me referiré a la fúnebre OISE -así les comenté a quienes me lo sugirieron.

Si a todas las mencionadas, sin incluir a la fúnebre OISOE, les sumamos el presupuesto asignado para el 2016 estaríamos hablando (sabiendo que la transparencia y los datos siempre en el país deben ponerse en interrogante) de unos 17 mil millones de pesos. Esto representa alrededor del 30% de los recursos que el Estado Dominicano tiene contemplados gastar; que son unos 566 mil millones de pesos.

¡Caramba!, con tanta explicación y tantos números solo me queda decir: ¡Cóntrale¡  ¡Nos está saliendo más cara la sal que el chivo, ombe!

 

*** El autor es escritor y experto en Administración Pública, Escuela de Política y Gobierno, Universidad Nacional de San Martin, Argentina.

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