La debacle electoral del PPH-PRD

La debacle electoral del PPH-PRD

LIPE COLLADO
El ex-presidente de España, Felipe González, justificó recientemente ante varios dirigentes históricos perredeístas la derrota aplastante del PPH-PRD, con una observación de políticas elemental: “Esta derrota es natural. Llevo más de 30 años visitando la República Dominicana y siempre me encuentro con las mismas caras en el PRD”.

Un análisis en frío de los resultados del último certamen electoral nos revela que el PPH-PRD fue arrasado en las votaciones extensivas e intensivas y que desde ya tiene perdidas las elecciones del 2008, debido sobre todo a las votaciones intensivas en 5 de las provincias con más de 60% de los votantes. El PLD arrasó en esas provincias con ventaja promedio de un 14%: en el Distrito Nacional, un 17%; en Santo Domingo Oriental, un 16%; en Santiago, un 9%; en San Cristóbal, un 16% y en la provincia Duarte, un 10%. El PPH-PRD ganó en Moca con apenas un 2% de ventaja, y en provincias de poca densidad electoral: Dajabón, San José de Ocoa, Azua y El Seibo. En el caso de Nagua, la provincia #8 en votantes, hubo un virtual empate.

El PLD ha suplantado al PRD y revirado las imágenes partidarias y gubernamentales que en el pasado surgían de la polarización entre el PRD y el PRSC: el PRD era lo mejor, lo avanzado y el de ideas más progresistas, mientras el PRSC, representaba lo peor, lo atrasado y el de ideas retrógradas. Ahora el PLD y sus gobiernos son los mejores, los más avanzados y el PRD es lo que era el PRSC.

Cuando el PLD anunció el Bloque Progresista designó por inferencia al PRD como el eje del bloque del atraso, algo avalado por la superposición del PPH sobre el PRD y la alianza estrepitosa con figuras moteadas y maleadas del pasado.

En las elecciones municipales y congresionales las votaciones tienden a la desconcentración, esto es, a la dispersión, y en las elecciones nacionales presidenciales tienden a la concentración porque surgen sentimientos colectivos apuntando a dos objetivos que están el uno al lado del otro: la presidencia de la República y el partido.

En varios programas de entrevistas de radio y televisión anteví que la consigna del PLD llamando a votar morado por el PLD, al tiempo que prestigiaba a los candidatos a senadores, tendía a concentrar la votación y evitar la dispersión que significaba votar por síndicos y regidores y senadores y diputados. Era también un indicio de la certeza del dicho aquel de “dime de que presumes y te diré de que careces”, porque al carecer de líderes menores tradicionales en las localidades proponía apoyarse en su prestigio triangular: PLD, candidatos a senadores y el gobierno.

De su parte el PPH-PRD presumía de tener muchos líderes locales porque padecía el desprestigio de un gobierno reciente y de un PPH superpuesto al PRD. Por lo demás, cargaba el pesado fardo de más del 50% de los legisladores que querían repetir a pesar de la percepción pública de que el Congreso era deficiente y corrupto – aunque en sí era “regular”-.

La verdad lironda sea dicha: si el PPH-PRD hubiera ido sin el PRSC únicamente habría retenido la senaduría de San José de Ocoa. He ahí entonces que el verdadero gran perdedor lo fue el PRSC, que debió ir solo o aliarse coyunturalmente al PLD para así provocar el desplome total del PPH-PRD y emerger como una segunda fuerza para el 2008.

Las pérdidas siniestras ocasionadas por el PPH de Hipólito Mejía al PRD son cuantiosas: 23 senadurías, 12 diputaciones y 54 sindicaturas, mientras de su parte el PLD se adiciona 21 senadores, 54 diputados y 60 sindicaturas.

La gran agencia de empleos, el PRD, está en el vórtice de la tormenta. Sus tradicionales aspirantes presidenciales – 18 aspirantes, entre estos, 6 con cierta firmeza y 4 que sólo declinarían por ellos mismos frente a un espejo – tienen tasas de rechazo superiores al 55%, entre éstos una mujer de 75 años de edad.

Su suerte futura será consecuencia del último resultado electoral y de la implosión, o no implosión perredeísta que sacuda sus cimientos o que los deje intactos. Valga decir en cristiano: o se declara en cuidados intensivos o sigue en “descuidados intensivos” con su médico de cabecera: un drácula apellidado PPH.

Al sumar estos porcentajes y sus fracciones obtenemos el 14%.

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