La delicadeza de Farhadi llena Cannes de realismo y violencia cotidiana

La delicadeza de Farhadi llena Cannes de realismo y violencia cotidiana

Iranian director Asghar Farhadi waves on May 21, 2016 during a photocall for the film "The Salesman (Forehanded)" at the 69th Cannes Film Festival in Cannes, southern France. / AFP / ANNE-CHRISTINE POUJOULAT

Cannes.– Asghar Farhadi realiza con “Forushande” (“The client») un contenido y delicado ejercicio de reflexión sobre la violencia ideológica que hay en el mundo a través de una violencia doméstica, “un ejemplo de cómo va el mundo de hoy”, en palabras del cineasta iraní.

“En el mundo hay cada vez más violencia debido a razones ideológicas, que es muy difícil de eliminar, y la película, aunque no hace alusiones directas, es una ilustración” de ello. Una “violencia que parece justificada, no una violencia incontrolable, que es premeditada».

Es lo mismo que sucede, explicó el realizador, con “los actos terroristas que pasan en el mundo, que la gente que los comete creen tener buenas razones para hacerlo».

Farhadi compite en Cannes con una película que ha sido muy bien recibida y con la que regresa a Irán tras haber realizado su último trabajo en Francia (“Le passé”, 2013) y mientras ultima su siguiente proyecto, en España y con la coproducción de Pedro Almodóvar.

Cuando la preparación de esa película en España ya estaba bastante avanzada, “me di cuenta de que tenía nostalgia de volver a mi país antes de rodar el proyecto español».

Los productores se sorprendieron, pero “cuando vieron que realmente necesitaba hacer esta película (“Forushande»), me apoyaron”, resaltó el cineasta iraní.

Además, el retraso en la producción de “Forishande” le permitió seguir desarrollando el proyecto en España, dijo Farhadi, que aseguró que todas las dificultades de rodar en Irán son para él “una fuente de energía y motivación».

Y aunque asegura que no sabe dónde hará sus proyectos futuros, sí tiene claro que continuará trabajando “principalmente” en su país. Como también está seguro es de que habrá una continuidad respecto a las películas que ya ha hecho, porque su cine siempre tiene un tema común, que es la familia.

Si en “Nader y Simín, a Separation” -Óscar a la mejor película en lengua no inglesa en 2012- se centraba en el proceso de divorcio de una pareja, y en “Le passé” en el cierre de una vida en común, en “Forushande” está en una etapa anterior.

Un matrimonio tiene que abandonar su casa porque está a punto de derrumbarse y acaba alquilando un apartamento en el que antes vivía una prostituta.

Un día que la mujer está sola un hombre entra en la casa buscando a la anterior inquilina y la agrede -sin que se vea lo que realmente pasa-, lo que desencadena un enorme deseo de venganza en el marido, un tranquilo profesor.

“La dicotomía entre hombres y mujeres es algo que se enseña en nuestro país”, donde los asuntos íntimos son realmente reservados, por lo que “puede que en otra sociedad este hombre no hubiera tenido esa reacción extrema”, opinó el director.

Pero en “Forushande” es la mirada del otro, los juicios de los demás, lo que dicen los vecinos, la opinión que puedan tener de ellos lo que “alimenta la violencia” del marido, un hombre encantador, dulce, tranquilo y amable, explicó Farhadi.

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