La delincuencia y “los menores”

La delincuencia y “los menores”

La categoría de “menores” se ha convertido en un estigma social. El uso del término “los menores” evoca  un rechazo a una población de infantes, adolescentes y jóvenes considerados “peligrosos” para la sociedad por sus vínculos con redes delictivas. Desconociéndose que esta categoría alude a una población según su condición física, etárea, psicológica y social.

¿Por qué  menores en actividades delictivas?

Las razones por las que un segmento reducido de la población menor de 18 años se inserta en redes delictivas están vinculadas a múltiples factores según los estudios realizados y ninguna de ellas tiene que ver con las sanciones legales ni con el código del menor. Algunas razones son:

1. Deserción-expulsión escolar. La población infantil y adolescente que se inserta en redes delictivas se encuentra fuera de los centros educativos por las deficiencias del sistema educativo en cobertura, calidad y su expulsión sistemática a la población adolescente masculina. Esta condición los mantiene totalmente desprotegidos y vulnerables.

2. Ausencia de programas y políticas efectivas dirigidas a la protección de la población infantil y adolescente pobre. La población infantil y adolescente de barrios y comunidades rurales se encuentra desprotegida, es víctima continua de abusos sexuales, violencia física, explotación laboral y sexual y no cuenta con instituciones localizadas en todos los municipios y provincias que tengan programas dirigidos a su desarrollo educativo, artístico, deportivo ni técnico-vocacional.

3. Manipulación y explotación de la población adulta en las comunidades que reclutan a los “menores” para sus actividades delictivas.

4. Redes de complicidad e impunidad en los organismos de seguridad y en los estratos de poder y su modelaje social, “no importa lo que se haga si se está pegao”.

¿La mano dura erradicará la delincuencia en los menores?

Los países de Centroamérica que han aplicado la mano dura contra los menores no han logrado ningún impacto en la erradicación de la participación de un segmento de esta población en la delincuencia, sino por el contrario su incremento. 

En la sociedad dominicana tanto la jerarquía eclesiástica, medios de comunicación, legisladores y ex legisladores deberían de renunciar a su continuo y sistemático intento de modificar el código del menor con la supuesta pretensión de disminuir o erradicar la delincuencia. El código del menor ni siquiera ha sido aplicado y la delincuencia es un problema social e institucional que implica políticas sociales efectivas para su erradicación acompañadas de la eliminación de la corrupción y la impunidad en los sectores de poder. Los más grandes delincuentes no vienen ni de los menores ni de los sectores pobres, sino expliquen los casos de Arturo del Tiempo, Paya, Figueroa Agosto, Ramón Báez Figueroa, entre  muchos otros…

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