Están las Administradoras de Riesgo de Salud en condiciones de rentabilidad y solidez económica para responder positivamente al viejo reclamo de aumento en los honorarios a los médicos contratados para servirles? Saberlo sería importante para que la opinión pública pase a considerar razonables y factibles las demandas de los profesionales de la medicina o para verlas como una pretensión que sobrepasa posibilidades hasta ahora.

De hecho, publicar estados financieros anuales reportando utilidades para fines de impuestos si los hay, o pérdidas para exceptuarse de ellos, sería una lógica formalidad de las relaciones entre el Estado, sediento de tributos, y quienes ejercen actividades de lícito provecho.

Las ARS obtienen beneficios prestando una asistencia crucial para sus afiliados, y por tanto de alto interés social, que en otros países no suele estar privatizada. Recurrentemente, quienes objetan la modalidad de la Seguridad Social que hace partícipe a las administradoras consideran excesivos sus dividendos, los cuales deben estar a la vista y bien medidos para curarse en salud y evitar persecuciones por alegada evasión ahora más activas que antes.

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De cara a la opinión pública y a los médicos, evidentemente mal pagados y habituados a desquitarse con los pacientes mediante copagos, las ARS deben legitimarse cada día demostrando que verdaderamente son útiles sin salirle demasiado caro a la sociedad. Moderadas en lucro. Surja desde ahora un propósito mayor de armonizar relaciones con los médicos.