Esta semana un grupo de ciudadanos y ciudadanas que incluyen a profesionales, activistas sociales e intelectuales presentaron a la opinión pública un documento sobre las amenazas que representa el continuismo y el autoritarismo para la democracia dominicana, destacando que la consecuencia principal es un régimen de impunidades y complicidades, lo cual fomenta la corrupción. La corrupción sustrae recursos para el desarrollo, significa peores servicios de salud y educación, aumento del tráfico de drogas, inseguridad ciudadana y pérdidas de derechos ciudadanos, entre otros males.
El documento denuncia el proceso de concentración de poder y la forma de cómo el partido oficial se ha convertido en una corporación que ha penetrado casi todas las actividades económicas. Frente a estos hechos, convoca a la población a una acción ciudadana con el propósito de parar ese proceso que se ha convertido en una dictadura constitucional y que otros lo describen como una dictadura con el respaldo del presupuesto nacional.
El grupo propone un pacto democrático de las fuerzas políticas liberales con la sociedad civil para salvar la democracia. Ese pacto tendría una agenda mínima que cubriría:
Primero, combatir la corrupción y la impunidad porque está en la base del descalabro de la sociedad dominicana. Este es por mucho el principal problema actual, ya que es una de las fuentes de desigualdad y de pérdida de bienestar de la población. Ninguna posibilidad de desarrollo habrá en el país si no hay un corte de raíz a esa estructura de partido-corporativo.
Segundo, la necesidad de una educación de calidad, la cual no necesita mayores justificaciones.
Tercero, una reforma política y del sistema electoral que garantice los derechos de las minorías, la transparencia y garantice igualdad de condiciones en la competencia política.
Tercero, la descentralización como una vía de acercar el poder a la sociedad, además de identificar la necesidad de un plan de ordenamiento territorial.
Cuarto, la seguridad ciudadana como de los problemas centrales de la sociedad dominicana actual. Este es quizás el problema más sentido en la sociedad dominicana, cuyo origen no es la pobreza sino la desigualdad social. La desigualdad genera impotencia, frustración y desencanto y ésta es lo que genera la violencia social.
Quinto, la necesidad de una propuesta de crecimiento económico con equidad social. Es decir, generadora de empleos y oportunidades para las personas.
Es una propuesta que intenta recuperar los espacios democráticos, que institucionalice, que construya un Estado de derechos, que se construya sobre una nueva ética social basada en la solidaridad y en el compromiso y que desmonte las fantasías de un Nueva York chiquito que sólo se ve de helicópteros, pero que en la tierra ni siquiera se cumplen con los objetivos de desarrollo del milenio.