La historia, contada a medias, exalta a traidores más que a algunos patriotas

No es otra conclusión apocalíptica, pero sí la lectura de acontecimientos recientes. Uno de ellos el Informe Regional de Desarrollo Humano 2021 del PNUD que señala al 68 % de la población dominicana no le importaría tener un Gobierno no democrático, siempre y cuando sea eficaz.

Tras la preocupación inicial, procede reconocer la poca referencia democrática que tiene la ciudadanía y la sobreabundancia del relato político-histórico que vanagloria dictaduras como la de Trujillo: cuando “el jefe” las cosas funcionaban bien; se dormía con la puerta abierta y nadie robaba; las jornadas de vacunación funcionaban; el peso estaba a la par que el dólar… y un largo etcétera.

Pero olvidan lo elemental: el patrimonio público era privado, no había libertades y si una mujer le gustaba al jefe, era violada. No obstante, el “jefismo” y ejercicio autocrático del poder, antítesis de esa democracia sobre la que consultó el informe, se reivindican con nostalgia actualmente: Se recuerdan los jefes (aún no se dice directores) de Policía represivos; ante los problemas sociales el Congreso tiene una receta única: endurecer las penas y parece que la mano dura es la solución universal.

La educación, sobre todo la creadora de conciencia y ciudadanía, esa que propugnaba Hostos, brilla por su ausencia. Si tiene deficiencias la educación pro mano de obra y pro memorización, ¿cómo no la educación crítica?

La historia, contada a medias, exalta a traidores más que a algunos patriotas, basta ir al Panteón de la Patria para confirmar cómo el éxito del conservadurismo, sin importar cuantos padres y madres de la Patria hayan desterrado o fusilado.

Es tanto así que el partido que fundó un demócrata como Bosch, reivindicó a un represor como Balaguer.

Entonces preguntan por democracia, y claro que 68% la desecharía como vaso foam. No se ama lo que no se conoce y aquí la mayoría la desconoce.

Por ejemplo, no lo hace en su barrio donde cada cuatro años vota, pero desconoce nombres de regidores y diputados que supuestamente lo representan. No la conocen cuando enferman y ni siquiera en pandemia hay camas, ventiladores e insumos suficientes.

Tampoco en sus ambientes laborales donde no pueden formar sindicatos y ganan sueldos que le impiden acceso a servicios y derechos de la democracia y su pregonado libre mercado.

Por esto, también lo dice el informe, el 63 % de los dominicanos cree el país está gobernado para interés de unos pocos.

Nos indignamos por los “teteos”, y con razón, pero, ¿Qué educación, formal u hogareña recibieron para actuar diferente? Sí, la democracia es lo más bello que existe, pero, ¡Reconozcámoslo!, en este país hay dos repúblicas y en una de ellas con democracia no se sobrevive en la esquina del barrio y tampoco se va al colmado.