La denuncia de Vincho

La denuncia de Vincho

Por primera vez coincido con el notable jurista doctor Marino Vinicio Castillo Rodríguez, Vincho, cuando el 24 de febrero último, desde la Ciudad del Viaducto, Moca, denunció una muy posible trama para provocar un desorden y en él ampararse para impedir el proceso electoral que culminará el 16 de mayo próximo.

El 16 de mayo próximo, conformé a como lo expresé en mi artículo en HOY del 16 de febrero último, el doctor Leonel Fernández ganará «de calle» ese certamen electoral con un 57% del total de la votación, y concedía a los intentos futiles del presidente Hipólito Mejía en reelegirse, apenas un 11%, de los cuales, 7% son del PRD y 4% propiamente del presidente Mejía.

La encuesta Diario Libre-Gallup publicada el 25 de febrero último, asignan al doctor Fernández un 63.1% en la intención del voto, al candidato del PRSC, ingeniero Eduardo Estrella, un 14.9%, mientras que a Mejía un 14.6%.

En las elecciones de 2000, pronostiqué un 53% a Mejía y fallé por un estrecho margen de 3. En las de mayo, insisto en que Fernández ganará «de calle», una pela de «calzón quitao», con un 57% y esperemos.

Todos los motivos que expuso el doctor Castillo Rodríguez en sus declaraciones a los medios en Moca la fecha citada, son precisamente los que expuse en mi entrega de HOY ese mismo día, como es posible comprobar.

Es la primera vez, repito, que coincido con Vincho Castillo, con quien he sostenido diferencias conceptuales de tipo político y jurídico por siempre, desde que era diputado en la etapa final de la tiranía del generalísimo Rafael Leonidas Trujillo y visitaba su natal San Francisco de Macorís con puntual asiduidad, donde le conocí en sus ajetreos políticos y de hacendado.

Vincho Castillo comenzó a tornarse «carne de convicción» en el suscrito desde que su ex-básiga, luego su más señalado detractor, el ex-presidente Salvador Jorge Blanco, decidió la cuestionable actitud de respaldar la reelección de Hipólito Mejía, contrariando un principio antireeleccionista que es como un himno de protesta contra la arbitrariedad, que siempre ha tremolado el PRD.

Entonces, no antes, empecé a valorar la dimensión y profundidad de la radiografía conceptual de la personalidad síquica del ex-presidente Jorge Blanco, de quien no sospeché nunca, por conocerlo desde mi adolescencia, que podía, que era capaz, como luego sucedió, de permitir que el miedo paralizase sus decisiones, algo que el país percibió cuando el entonces presidente Joaquín Balaguer decidió conducirlo al presidio del ensanche La Fe por presunta malversación del erario.

El final de los gobiernos del PRD siempre ha sido traumático para el país, empezando por el del profesor Juan Bosch que por no captar la realidad del momento propició que lo derrocaran del poder, siguiendo por el presidente Antonio Guzmán que se suicidó avergonzado por indelicadezas que practicaron personas muy vinculadas al gobernante, y finalmente el del doctor Jorge Blanco que culminó preso con varios de sus principales funcionarios.

Nunca en 160 años de vida republicana el país ha presenciado un gobierno tan inepto como el actual, donde la carestía de la vida para lo esencial, resulta imposible y no hay un sector, excluyendo zonas francas industriales y turismo, que no haya sido afectado gravemente por las decisiones de corte económico implementadas, y nunca el país ha asistido a un carnaval irresponsable de endeudamiento eterno acompañado de una crisis de confianza sin parangón.

Son todos esos elementos los que arracima y barrunta Vincho Castillo para alertar a la ciudadanía en relación a una muy posible travesura desde las altas instancias del poder para alterar el calendario electoral, ante la convicción del triunfo indetenible e irreversible de Leonel Fernández el 16 de mayo.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas