La depresión del adulto mayor.

La depresión del adulto mayor.

Las personas logran prolongar más sus años, gracias a la tecnología, al avance de la medicina y de los nuevos tratamientos; pero sobre todo, a la prevención y control de las enfermedades crónicas no transmisibles: Hipertensión, diabetes, depresión, cáncer, etc. Hoy tenemos más personas en etapa de vejez que años atrás. Esos adultos mayores, no solo llegan a su vejez con enfermedades, sino que también llegan con problemas de psicoanálisis, familiares y socio económico, que repercute en su estado de ánimo, debido a la pérdida de la calidad de vida, a la soledad, y a las limitaciones físicas y médicas.

Cientos de personas en la vejez son abusadas y maltratadas; abusos que pueden ser psicológicos o emocionales, con insultos, descalificaciones, injurias, desprecios; pero también maltratos financieros, le cobran la pensión o le administran mal su dinero, le limitan comidas, medicamentos, recreación y cuidados, etc. Sin embargo, hay viejos maltratados físicamente y con mucha negligencia por parte de sus familiares y cuidadores.

Todas estas situaciones llevan al adulto mayor a padecer depresiones, que desgraciadamente muchos pasan desapercibidas, o no tratados, lo que puede representar hasta el suicidio en la vejez.

Muchas veces esa depresión se acompaña más de síntomas somáticos: dolores, problemas digestivos, neurología, respiratorio y físico-motores. Además de sentir tristeza, desánimo, poco interés por realizar la cotidianidad, deseo de llorar y vivir recordando episodios del pasado que le cambian su estado de ánimo. Esos episodios depresivos en la vejez se acompañan de irritabilidad, cambio de humor frecuente y la necesidad de estar solo(a). Pudiendo deteriorarse cuando hay trastornos del sueño.

Cuando se tienen semanas y meses en ese estado de ánimo depresivo, el adulto mayor va perdiendo sus funciones ejecutivas y deseos por recibir visitas, salir, escuchar música, leer, ir a la iglesia, salir a caminar o visitar familiares. La depresión también puede ser por duelo, pérdidas y limitaciones que le han de cambiar la vida. Sabemos que las personas llegan a la vejez con su temperamento, carácter y rasgos de personalidad.

Hay viejos más sociales y reflexivos y con mayor adaptación que otros para aceptar los cambios en su vida. Todo esto influye en el estado de ánimo, en la convivencia, en las relaciones sociales, familiares e interpersonales.

Pero cuando se vive con depresión, no se tiene deseo, energía, humor para compartir, hablar o tener los nietos en la casa o deseo de que le celebren el cumpleaños, la navidad, o asistir a bodas o salidas sociales. Para esto hay que diagnosticar y tratar la depresión en el adulto mayor.

La depresión se cura; mejorar la vida, la calidad y la calidez le permite sentir alegría, bienestar, disfrutar y sentir el placer por estar vivo y volver a los encuentros con amigos y familiares.

El adulto mayor tiene derecho a vivir de forma integral: actividades recreativas y físicas, espiritual y familiar. Saber de sus negocios, finanzas, de su pensión y de lo que pasa con su salud, y su vida. Debe sentir el respeto, la consideración y la valoración a su dignidad. El suicidio en el adulto mayor es frecuente debido a la depresión no tratada. Hable y apoye la vida de las personas en la vejez. Recuerde, los adultos de hoy son los viejos del mañana.

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