La desescalada ¡cuidado con eso!

La desescalada ¡cuidado con eso!

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

La desescalada parece una decisión alegre, fruto de múltiples presiones

Me preocupa, y mucho, la alegría, la algarabía inconsciente de quienes ven la desescalada de las restricciones relacionadas con el covid 19, como si se tratara de la invitación a una fiesta de fin de año, una fiesta de Año Nuevo, pero continuada por los restantes días del año.

Si fuerte fue la determinación de, nadie sabe cuántos, de muchos insensatos que violaron los protocolos y las disposiciones del Gobierno, las recomendaciones del Colegio Médico, los llamados de las iglesias y todas las organizaciones nacionales, si aun así hicieron y deshicieron, enfrentaron a la Policía, se envalentonaron para retar patrullas, ahora con la desescalada espere los resultados.

Me parece muy pronto para cantar victoria. Me parece una decisión alegre, fruto de las presiones de dueños de negocios de venta de bebidas, de propietarios de sitios de baile, de gente cuya actividad es la vida nocturna, de profesionales del entretenimiento, cantantes, músicos. Sumados todos. Son una minoría.

Esos que rompieron todas las reglas con el teteo, cuando cayeron víctimas del covid no se aislaron, no se fueron a un campo alejado o a la orilla del mar a buscar mejoría, fueron a hospitales, clínicas y centros de salud a buscar curación, a ocupar camas, lugares, tiempo para diagnósticos y atenciones médicas, en desmedro de quienes respetaron las reglas, en mi niñez se decía: así no se vale.

El toque de queda es una excepción que se aplica en situaciones extremas, pasadas las cuales se vuelve a la normalidad. La pregunta tiene una respuesta múltiple y muy compleja ¿pasó, realmente, la emergencia nacional que impuso la necesidad de imponer un toque de queda. ¿Se convenció el dominicano el común, los ricos y los muy ricos de que la pandemia del coronavirus está dominada?

Un virus actúa así, engañoso, malicioso, se presenta de una manera y termina de otra, pero no se va, no se muere. Siempre está a la caza de descuidados, de testarudos, de valientes de la boca para afuera que rompen las reglas, pero apremian a su familia para que haga lo indecible en busca de su curación. Eso de que se levantara el toque de queda es volver al chernaje, incrementar el teteo de gente que tiene sed de vivir hasta la exageración.

El Gobierno francés dispuso medidas restrictivas para proteger la población de los excesos de quienes no respetan los frenos para dominar el virus. En España, con la llegada del verano, las vacaciones, se han disparado contagiados y muertos. Hay provincias que han dispuesto un verdadero Estado de sitio.

Hemos retrocedido a la presentación de un certificado internacional de vacunación, esta vez, contra el covid 19 en los puertos, aeropuertos y fronteras terrestres.

La irresponsabilidad de unos cuantos, porque es la minoría la del teteo, no debe ser tan influyente que obligue a que se legisle en favor de quienes irrespetan el derecho a la vida en un ambiente de sanidad, como portadores de una enfermedad mortal.

Quien no se vacuna, quien no se resguarda del virus, es un homicida en potencia que puede contagiar a nadie sabe cuántas personas y cabe la pregunta ¿vale más un rato de teteo que la propia vida y las de sus familiares y relacionados?

Estemos muy atentos a los resultados de la dichosa desescalada.

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