La desesperación haitiana por el territorio dominicano

La desesperación haitiana por el territorio dominicano

El acuerdo de 1929 impide a dominicanos usar aguas del río Artibonito

Desde que a Francia los españoles le dieron el derecho de ocupar una porción occidental de la isla Española en el siglo17,  los haitianos, sucesores de los franceses, nunca han ocultado sus intenciones y acciones para ocupar por entero la isla.

Han sido siglos de forcejeos y escaramuzas con excepción de las guerras patrias de 1844 a 1856 cuando las ambiciones  haitianas de ocupación fueron  frenadas  por el accionar heroico de un pueblo en formación y que no deseaba la mezcla con la sangre africana que del otro lado de la isla buscaba imponer sus creencias  en una población  parcialmente de raza hispana.

Después de la independencia haitiana en 1804 y su posterior separación en dos imperios, los haitianos decidieron anexarse más de 4 mil kilómetros cuadrados del territorio español del lado oriental. Así los españoles que residían en esa  zona del centro de Haití y dominado por el río Artibonito fueron desplazados hacia el oriente de la isla o hacia Cuba.

En la segunda década del siglo 19, de 1810 a 1820, los haitianos se adueñaron de San Miguel de la Atalaya, San Rafael de la Angostura, Hincha y Las Caobas. Hincha es una población haitiana de fuertes raíces hispánicas y sus calles coloniales recuerdan aquellas de su origen que no la han borrado sus actuales ocupantes.

Posteriormente, con los planes de Trujillo para construir la carretera Internacional desde Restauración hasta Pedro Santana, unos 48 kilómetros,  se le cedió una porción de unos 400 kilómetros cuadrados de La Miel, que de hecho ya era haitiana por la amplia presencia de moradores de ese país.

Pese al tratado existente de fronteras  que se comenzó a discutir en 1874 que  hasta se buscó el arbitraje del papa León XIII pero no se logró ningún entendido  pese a las comisiones que viajaron a Roma en varias ocasiones, en 1929, durante el gobierno Horacio Vásquez,  se logró firmar el acuerdo redactado el siglo anterior. Pero fue en 1936,  bajo la dictadura de Trujillo, que el acuerdo entró en vigencia.

Para 1931 los haitianos bajo la ocupación norteamericana desde 1914 su dirección del cuerpo de ingenieros iniciaron los estudios de la presa de Peligre,   que le daría energía  y agua para riego a todo el centro de Haití. 

No fue sino hasta 1956 en los finales del Gobierno de Magloire que se inició la construcción de la presa completándose al año siguiente bajo la presidencia de Francoise Duvalier (papa Doc) con fondos del Eximbank.

El agua fue retenida en una presa de hormigón de gravedad de unos 70 metros de altura. Su lago  se convirtió después del Enriquillo y Etang Sumatre en el más grande de la isla.

En virtud del acuerdo domínico-haitiano de 1929 los dominicanos no podíamos utilizar el agua del Artibonito y sus afluentes ni para riego ni producir energía. Estaban vedados para los dominicanos los ríos Pedernales en el sur de la isla y el Masacre en el norte y mucho menos con los afluentes del Artibonito como el Joca, el Libón y el Macasías. 

Lograr un acuerdo de uso de las aguas era en base a reunirse  en una mesa técnica de discusión en que no se llegaba  ninguna parte y después de los sucesos de 1901 en Pitobert con el Masacre los haitianos se ocupaban de incordiar  a los dominicanos con amenazas y advertencias  que cuidado si se le ponía la mano al agua de los ríos fronterizos ya que eran vitales para la vida de Haití.

Con el nuevo escarceo con el Masacre y la zanja que están excavando los haitianos para derivar agua del Masacre pasando por encima del acuerdo y burlándose de la diplomacia dominicana para extraerle una cantidad no mayor de un metro cúbico por segundo, es que se ha visto la debilidad  de la diplomacia criolla en que los haitianos juegan con esa ineptitud dominicana que la ven como una ignorancia  incapaz de dar un zapatazo y llevar a los haitianos  a sus cabales, ya que ahora están fuera de ellos.

Los haitianos están envalentonados y han desafiado a  los dominicanos que solo recurren a decir que se va a conversar y llegar a un acuerdo. En eso  no figura la decisión haitiana de desistir de la construcción del canal ya muy avanzada en su ejecución.

Esto no debió ocurrir, pero los haitianos vieron que sus vecinos insulares no le prestaban atención a la frontera, pese al despliegue  militar del Cesfront.

La burocracia dominicana por ser nueva en el servicio exterior y con las debilidades congénitas que desde su inicio están buscándosela de como sacarían sus ventajas que han sido suprimidas por el presidente Abinader. 

Los haitianos han visto que sus vecinos insulares no le prestan atención a la frontera

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