La desigualdad en centro de los problemas internacionales

La desigualdad en centro de los problemas internacionales

La desigualdad, entendida como la brecha entre los ricos y los pobres, representa hoy un serio problema para la estabilidad política, económica y social del mundo. Desde diversas instituciones internacionales se está llamando la atención sobre esta situación. En una reciente intervención de Kristalina Georgieva, directora gerente del Fondo Monetario Internacional, FMI, señaló que la desigualdad es uno de los determinantes del recrudecimiento de la incertidumbre en que vive el mundo de hoy. También, en el Informe Social del Mundo 2020 de la Organización de Naciones Unidas, ONU, presentado hace apenas dos días, se alerta sobre el aumento de la desigualdad, colocándola en máximos históricos y considerando que esa situación amenaza el desarrollo social, frena el crecimiento económico y puede provocar más inestabilidad política.
Las multitudinarias protestas que se produjeron en diferentes partes del mundo durante el año 2019 son el resultado de lo previamente señalado y ponen de manifiesto un sentimiento común de descontento a nivel internacional. Lo mismo puede decirse del malestar político que se vive en la mayoría de los países desarrollados.
Conviene anotar que, si bien la desigualdad de riqueza e ingreso entre los países se redujo de manera apreciable en los últimos 35 años, gracias al crecimiento económico de los países emergentes, no menos cierto es que la desigualdad al interior de muchos países aumentó y sigue aumentando. Dos buenos ejemplos lo constituyen Estados Unidos y el Reino Unido. En 1984, el 10% más rico de los Estados Unidos controlaba el 61.4% de la riqueza neta de los hogares; para el 2015 esa proporción se había elevado al 73%. En el Reino Unido, el control de la riqueza por el 10% más rico pasó de 45.6% en 1984 a 52% en 2015. O sea, en ambos países se vive un proceso de concentración de la riqueza.
En cuanto al ingreso, la situación de Estados Unidos es digna de mencionarse. En 1980, la participación del 10% más rico de ese país en el ingreso fue 32.2%; para 2015, esa participación se elevó al 50.5%.
Lo señalado para Estados Unidos y el Reino Unido se repite en la mayoría de los países de la OCDE, donde el 10% más rico controla más del 40% de la riqueza neta de los hogares.
¿Cómo explicar el fuerte aumento de la desigualdad dentro de los países mencionados? Un primer dato es el relativo a la caída de la participación de los salarios en PIB mundial, que cae de 62.4% en 1980 a 54.3% en 2010. Un segundo dato, el aumento regresivo de la fiscalidad trabajo, etc. El Brookings Institute menciona la persistencia de profundas desigualdades de oportunidades en la acumulación de capital humano, el papel monopólico de las grandes empresas, el impacto del cambio tecnológico, la reducción del poder de los sindicatos, y el impacto negativo de la globalización en la capacidad de los gobiernos de gravar las ganancias corporativas para apoyar las redes de seguridad social.

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