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La tecnología y su desarrollo vertiginoso ha sido un tópico presente en nuestras reflexiones en la página editorial de este prestigioso medio comunicacional, entre estos: el crecimiento y tráfico geométrico de la información y su impacto en la calidad del mensaje colgado en Internet, de modo específico en las redes sociales.
Retomamos este tópico tratando de exponer los nuevos desafíos que presenta a la sociedad y, de modo específico, a autoridades, instituciones públicas-privadas y hacedores de opinión pública.
Una interrogante surge al iniciar la presente reflexión: ¿Cuál escenario presenta la desinformación a la sociedad contemporánea en un proceso de interconexión creciente?
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En el marco del desarrollo de la tecnología, nuevas herramientas han surgido y contribuido a la eficiencia de áreas importantes en la vida del ciudadano, referimos de modo específico el GPT-3 .5 en el año 2022, primer modelo de lenguaje a gran escala con capacidad para generar textos en cantidad y rapidez extraordinarias. Transcurridos tres años, esta herramienta presenta avances que hoy día puede generar por sí sola gran cantidad de datos numéricos, de textos, imágenes, material audiovisual y la generación de códigos de lenguajes informáticos con alto nivel de complejidad.
Estos avances han permitido enormes posibilidades a todos los segmentos de la sociedad. Por ejemplo, la educación va transformándose al incluir robots que contribuyen a eficientizar el tiempo docente, convirtiéndose en tutores para tópicos específicos, contribuyendo en la búsqueda de información relevante en el proceso de concebir objetivos concretos en proyectos de aprendizajes de los más diversos tipos. De igual modo, la salud ha sido impactada de manera positiva, planteándose la posibilidad de que, en algún momento, los robots realicen cirugías con precisión humana, convirtiéndose, además, en futuros aliados en la detección de enfermedades. Como se puede apreciar, vivimos momentos estelares en el transcurrir del presente siglo XXI teniendo la inteligencia artificial (IA) como protagonista dentro del amplio espectro que la tecnología presenta, sin embargo, una serie de interrogantes surgen en torno a sus impactos sociales a corto, mediano y largo plazo, encontrándonos con una de las problemáticas de mayor repercusión, nos referimos al centro de la presente reflexión: la desinformación.
Con la irrupción de la IA se ha aumentado la escala, la velocidad y la sofisticación con la que se puede producir y difundir contenido falso, a lo que se adhieren, con ella, herramientas que pueden producir contenidos más realistas y convincentes en tiempo récord, creando repercusiones mayores, ameritando la atención del ciudadano como blanco al que van dirigidos los mensajes sin el rigor ético y moral que este tipo de actividad amerita. Sin embargo, es importante referir que la discusión sobre la procedencia y veracidad del cúmulo cotidiano de información que circular por las plataformas digitales, de modo muy importante en las redes sociales, no se ha discutido con propiedad.
Enfrentar esta problemática requiere una respuesta coordinada y multidisciplinaria que combine innovación tecnológica, educación crítica y políticas públicas sostenible.
Investigadora Asociada:
Julissa Lluberes