La desmitificación de la tarifa eléctrica

La desmitificación de la tarifa eléctrica

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Desde hace un tiempo se ha estado planteando que la tarifa eléctrica en la República Dominicana es la más cara del mundo. No obstante, debemos saber que para realizar una afirmación de ese tipo es necesario realizar un estudio comparativo y a la vez desagregado de la tarifa de varios países con estructuras de mercado eléctrico parecido al nuestro. O más bien realizar un análisis comparativo de las tarifas eléctricas entre mercados eléctricos con matrices energéticas parecidas a la nuestra.

La tarifa eléctrica en un sistema eléctrico regulado se define a partir de tomar en cuenta las variables de costos que implican los subsistemas de generación, transmisión, distribución y comercialización. Lo ideal sería que las tarifas eléctricas reflejaran los costos en que se incurre para que cada usuario reciba electricidad. En el caso particular de la República Dominicana, la tarifa eléctrica aún no refleja los costos reales que intervienen en la misma, tal como se define en el artículo 2 de  la Ley General de Electricidad, cuando se refiere a la tarifa técnica, aquella llamada a reflejar “los costos de abastecimiento de las distribuidoras, más las pérdidas técnicas entre el punto de inyección de los generadores y el punto de retiro de la energía por parte del consumidor, más los costos asociados a la labor de transmisión y distribución, cargando un máximo de un 3% de energía incobrable”.

En la mayoría de los países en vías de desarrollo, al igual que algunos países desarrollados, las tarifas eléctricas para usuarios finales se encuentran afectadas por subsidios directos o cruzados, creados para beneficiar a sectores sociales con poder adquisitivo muy limitado y a la vez, muy vulnerables a los vaivenes económicos, o a sectores productivos específicos que se desea incentivar a través de la política industrial de esos países. El primer párrafo del artículo 468 del reglamento de la Ley General de Electricidad indica que a partir de la puesta en vigencia de la tarifa técnica debe incluirse en la factura eléctrica el monto del subsidio gubernamental.

Poca claridad.  Por ejemplo, en la República Dominicana la tarifa eléctrica no refleja ni el monto del subsidio gubernamental ni el sobrecosto del subsidio cruzado en los segmentos de mayor consumo.

De acuerdo a la resolución SIE-265-2010 de diciembre de 2010, el bloque tarifario BTS-1 paga en el rango de consumo de 0-200 Kwh, US$0.11; entre 201-300 Kwh se paga US$0.17; entre 301-700 Kwh se paga US$0.26 y de 701 kWh en adelante se paga US$0.27.

Como se puede observar, la diferencia en precio en la tarifa de consumidor final entre el segmento consumidor de 0-200 KWh y el segmento hasta los 300 KWh es de 55 por ciento.

Y aun es más pronunciada comparada con el segmento de consumos mayores a 700 KWh que es 2.5 veces más cara que la pagada por los segmentos de menor consumo. Esto refleja la marcada influencia del subsidio cruzado sobre la tarifa eléctrica. Por ejemplo, en Colombia, los sectores más pudientes pagan un 20% por encima del costo del servicio.

Entendemos que una de las razones que ha inducido a mayores niveles de confusión en cuanto a la percepción de que la energía eléctrica producida en República Dominicana es la más cara del mundo, además del subsidio cruzado existente que es de los más altos de la región y del mundo, ha sido la poca transparencia en la presentación de los costos que intervienen en la estructura de la tarifa eléctrica.

Desde el punto de vista de la generación de energía, la República Dominicana posee un parque de generación que responde a los recursos energéticos que hemos dispuesto, así como los que las circunstancias en el proceso de reforma han permitido. Y a pesar de esos factores es un parque con niveles de precios aceptables y buenos.

 Todo esto ha sido el resultado de la transformación positiva que ha sufrido la matriz energética nacional desde que se inició la reforma del sector. Para nadie es un secreto que a principio de la década más de un 85% de la energía eléctrica consumida en el país se produjo en base a derivados del petróleo. Diez años después la producción de energía se alcanzó con un 27 por ciento en base a gas natural, 16  por ciento a carbón, 12  por ciento a hidro y sólo 45  por ciento de la producción y consumo eléctricos del 2010 fue en base a derivados del petróleo.

La cifra

85% de la  electricidad  consumida a principios de la década  en el país se produjo con derivados del petróleo. Diez años después es un 27% en base a gas natural, 16% a carbón, 12% a hidro y sólo 45% con petróleo.

Desventaja competitiva

En un estudio relacionado al subsector eléctrico en Centroamérica que fue publicado por la CEPAL en noviembre del 2010, se observa que los países del istmo centroamericano, en su conjunto, generaron electricidad con las siguientes fuentes: hidroeléctricas (47,2%), derivados del petróleo (37,3%), geotermia (8%), bagazo de caña en ingenios azucareros (4,7%), carbón (1,8%) y viento (1,1%). Lo que significa que 61% de la energía eléctrica inyectada a las redes de alta y media tensión del servicio público corresponde a los aportes de las fuentes renovables de energía (FRE).

Por países, las FRE registraron la siguiente participación: Costa Rica (95,1%); El Salvador (56,8%); Panamá (56,6%); Guatemala (53,2%); Honduras (45,5%), y Nicaragua (29,9%).

La comparación simple y llana entre las tarifas eléctricas de Centroamérica y República Dominicana sería inequitativa en el entendido de que la matriz energética centroamericana está basada fundamentalmente en plantas de generación eléctrica de menor costo de combustible como son las hidroeléctricas y fuentes renovables autóctonas, como la geotérmica, o la eólica, la cual recibe subsidios al productor.

En el estudio de la CEPAL se presenta una comparación de la tarifa eléctrica entre países centroamericanos hasta junio del 2010, que no incluye los impuestos en cada país sobre el servicio eléctrico.

Analizando dicha comparación, vemos que el precio del kilovatio hora en la República Dominicana es más bajo en uno de los segmentos del renglón residencial que todos los países centroamericanos, excepto Costa Rica.

Y en el renglón comercial e industrial, a junio del 2010, el precio de la electricidad en República Dominicana era más bajo que todos los países centroamericanos, exceptuando nuevamente a Costa Rica, aún sin agregar los impuestos en esos países.

El estudio indica que los precios promedio de la electricidad que aparecen en el cuadro anterior no incluyen los impuestos. “Estos últimos son en su mayor parte sobre el valor de las ventas de energía o impuestos al valor agregado (impuestos ad valorem) y se sintetizan a continuación: Costa Rica, 0% para consumos residenciales; entre 1 y 150 kWh y 7  por ciento para el resto de consumidores; El Salvador, 13 por ciento; Guatemala, 12 por ciento; Honduras, 0% para consumos residenciales, entre 1 y 750 kWh y 12 por ciento al resto, y Nicaragua, 0% consumos residenciales, 1 a 299 kWh mes, 7 por ciento consumos residenciales entre 300 y 1000 kWh mes, y 15 por ciento el resto de consumidores.

Finalmente, en Panamá no se cobra impuesto alguno. (CEPAL, pág. 7). Cabe destacar que agregando los impuestos a las tarifas de dichos países, entonces tendríamos precios aún mayores que los existentes en la República Dominicana.

El autor es ingeniero eléctrico y vicepresidente de la Asociación Dominicana de la Industria Eléctrica.

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