La deuda pública y sus límites (fiscales)

La deuda pública y sus límites (fiscales)

Cada vez que Hacienda emite algún instrumento de deuda se levantará la polémica del endeudamiento y sus límites. La semana pasada, el ministro Donald Guerrero anunció la colocación exitosa de US$500 millones, y, como era de esperarse, no faltaron voces que criticaran la emisión.
Ninguna economía puede endeudarse indefinidamente. Sin embargo, el aumento o disminución de la deuda, en sí mismo, no ofrece información de si la economía analizada es robusta y sana, o no. Basta pensar en dos extremos para entenderlo: primero, que una economía disminuya su deuda porque nadie le presta mientras sigue cumpliendo con el servicio de la deuda ya contratada, lo cual puede deberse a la anticipación de los acreedores a factores negativos internos de esa economía. Segundo, que una economía encuentre acreedores que le presten en el corto plazo no significa que las políticas fiscales y monetarias y su balanza de pagos sean las mejores para la sostenibilidad del crecimiento económico y el servicio de la deuda.
Nuestra economía está lejos de haber alcanzado un nivel de endeudamiento excesivo, visto desde el punto de vista del peso de la deuda sobre el PIB. La preocupación, que creo que comparten incluso las autoridades (aunque en menor grado que sus críticos) está del lado de la sostenibilidad fiscal. Sin embargo, pocos contextualizan los niveles de endeudamiento en el marco de la presión tributaria y el potencial de crecimiento económico. No es una exageración pensar que muchas de las críticas son manidas posiciones con un objetivo político más que económico. Los mercados financieros y las calificadoras de riesgo son menos dramáticas y menos duros que los críticos locales y así lo demuestra el éxito en la colocación de las emisiones soberanas.
Si queremos un debate que proporcione un marco racional para la discusión de los límites de nuestra deuda necesitamos partir de los límites fiscales y no al revés. En ese marco tendría que estudiarse desde modelos que incorporen comercio exterior y tipo de cambio, tal como sugiere el trabajo What are the Fiscal Limits for the Developing Economies of Central America and the Caribbean? (Ramírez, Francisco; Writh Alan. BID. 2017), porque al final de cuentas, deuda, términos de intercambio, tipo de cambio y política fiscal están íntimamente relacionadas y responden a una visión de política económica que permite el crecimiento de la economía y la creación de empleo. De lo que se trata es de qué país queremos y cuánto cuesta ese país.
Es claro que el límite de la deuda dominicana dado el esquema tributario existente no está muy lejos de ser alcanzado, aunque la misma situación se está dando en otros países de la región, pero a diferencia de otras economías, nuestras recaudaciones fiscales (con una presión tributaria baja, reflejando que hay todavía muchas oportunidades impositivas inexploradas) son de las más bajas. Es decir, mientras otros países están alcanzando -según el estudio citado- límites de endeudamiento sin capacidad de recaudación, la RD en cambio está limitando su crecimiento, su desarrollo de mejoramiento de servicios, y la sostenibilidad del servicio de la deuda en el largo plazo porque nos enfrascamos en discutir la deuda desde sus niveles, en vez de desde las potencialidades fiscales de nuestra economía y la necesidad imperiosa de alcanzarlas si queremos un país desarrollado.

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