La dieta del semáforo

La dieta del semáforo

La dieta del semáforo se basa en seguir las indicaciones de las luces de los semáforos. Rojo, amarillo y verde llevan implícita la información de prohibición, prudencia y permiso en la elección de alimentos.

El truco es guiarse de los colores de las luces: luz verde para los alimentos más recomendados, ya que tienen muy pocas calorías y sacian nuestro apetito; luz amarilla para los alimentos que podemos tomar con moderación, y luz roja para los comidas que debemos reducir al mínimo en la dieta diaria.

Esta es la conclusión de una iniciativa del Hospital General de Massachusetts, de la Escuela Médica de Harvard, que pretende inducir la elección de alimentos saludables en perjuicio de los más grasos y azucarados a través de un código de colores.  La primera fase de este  experimento duró seis meses.

Según se publicó la clave de este estudio ha sido ligarlo a los alimentos, sin añadir más información y sin pretender ampliar el conocimiento del consumidor. Incluso no fue necesario apoyarse en otras estrategias, como hacer más atractivo el precio o premiar la elección saludable.

En ese sentido, las madres o los responsables de la alimentación de la familia pueden tomar esta idea e introducir en las tres comidas alimentos de la dieta verde sin entrar en mayores detalles sobre todo con los niños que no siempre prefieren las frutas y verduras.

Por ejemplo, si le hace una pasta  a su pequeño, bien  puede añadir vegetales picaditos, llegará un momento que su hijo aprenderá a disfrutarlos.

Lo mismo puede hacer con las hamburguesas caseras: preparar usted misma la carne en casa y  sustituir el pan blanco por el integral; como se trata de una comida que los niños disfrutan bastante, no van a notar la diferencia de pan.

Equilibrio.  El uso de este código para alertar del tipo de elección que se realiza en la comida es   eficaz y como la alimentación netamente verde no es la favorita de la mayoría, puede hacer el rejuego  de mezclar lo más sano de una con la más sabroso y apetitoso de las otras.

Luz verde, + saludables

En esta dieta se  han seleccionado  las frutas, las verduras, el agua, las bebidas no azucaradas, los emparedados de carnes magras, las hortalizas, las verduras, las legumbres, los pescados, el  arroz integral, brócoli, arvejas, espinacas, lechuga,  col o repollo. En  este renglón  entraron los alimentos más recomendados, ya que tienen muy pocas calorías y  tienen la particularidad de que sacian el hambre. Con ellos podemos preparar delicias en la cocina.

Luz amarilla, con moderación

 En este tono tendremos los  alimentos que podemos tomar con cierta precaución,  como son la carne  cerdo, el cordero, los huevos, las pasta, harina integral, el maní, los guineos maduros,  los batidos de frutas sin azúcares añadidos, el vino tinto, huevos, yogurt, leche semidesnatada. Es muy importante para la salud del cuerpo lograr el equilibrio entre la luz verde y la amarilla, pues así lograremos platillos muy sabrosos para las tres comidas y con resultados para nuestra salud que mejores no podrán ser.

Luz roja, los prohibidos

 Como dice el dicho “lo prohibido es lo más deseado” y esto sucede hasta en las comidas. Entre los alimentos de luz roja tenemos los siguientes: la leche entera, la mantequilla, el bacon, las papas (sobre todo fritas), todas las denominadas comidas chatarra, los quesos grasos, las frituras, las galletas, las bebidas  alcohólicas puras y los cocteles con alcohol. En definitiva, se trata de controlar o reducir lo más posible la ingesta de grasas y los alimentos que tengan muchos azúcares.

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