La dieta macrobiótica

La dieta macrobiótica

ANNA JIMÉNEZ
cienciaplus@yahoo.com
Más que un método para adelgazar se trata de una filosofía de vida, una forma de afrontar el día a día buscando el equilibrio constante y el bienestar en cuerpo y mente.

El principal objetivo de este régimen alimenticio es curar todo tipo de enfermedades que puede sufrir el ser humano y hacerle más pacífico.

El origen de la dieta.  Michio Kushi sufrió la crueldad de la II Guerra Mundial en su propia piel y vio los tefectos devastadores de los bombardeos americanos sobre Hiroshima y Nagasaki. Tanta destrucción y crueldad llevó al joven Kushi a anhelar la paz mundial y la vuelta del hombre a la naturaleza pacífica.

En Estados Unidos, donde terminó sus estudios universitarios, llegó a la conclusión de que las calorías y la energía cambian la forma de pensar del ser humano.

Basándose en las filosofías orientales, Michio comprendió que todos estamos influenciados por el entorno y los cambios de estaciones y que lo único que el hombre puede controlar, de estos factores que influyen en su vida, es la alimentación.

Así, vigilando lo que se consume, el hombre conseguiría que su mente se volviera más tranquilla y serena.

Es el nacimiento de la dieta macrobiótica.

El equilibrio en las comidas.  La dieta recupera los cereales, sobre todo integrales, y los alimentos cultivados sin pesticidas, a la vez que elimina los refinados como el azúcar y el pan blanco.

Las carnes, sobre todo las rojas, son otros de los productos que se evitan porque entorpecen la calidad espiritual.

Con la filosofía Zen budista como base, los alimentos se clasifican en Ying y Yang, en pasivos y activos. Los alimentos ricos en vitaminas del grupo B y C son catalogados como productos Ying, los liposolubles y los B6, son los Yang.

Entre los primeros podemos encontrar los huevos, el embutido, las frutas tropicales, los lácteos, la berenjena, el tomate, el ajo o la remolacha.

Los cereales, las legumbres, las algas marinas, el pescado y los vegetales configuran el segundo grupo.

El dato

Los menús
La dieta macrobiótica presenta diez tipos de menús, muy cercanos al vegetarianismo, que sirven como pautas a partir de las cuales cada uno crea su propia carta dependiendo de su forma física, el hemisferio en el que vive y la estación del año en la que se encuentra.

Así, en invierno está permitido consumir, siempre de un modo muy moderado, carne y pescado. En verano el menú se basará en ensaladas, verduras y algunas frutas. Cualquier menú debe de obtener el equilibrio entre estos dos para conseguir la armonía del cuerpo y la mente, y eliminar los malos hábitos y vicios.

Inconvenientes y desventajas, el lado negativo de la dieta

Debido a las grandes privaciones de alimentos como la carne o el pescado, el macrobiotismo puede tener graves consecuencias.

La anemia, la desnutrición y la deshidratación, al restringirse la cantidad de agua, aparecen como algunas de las secuelas más comunes.

También pueden darse casos de falta de proteínas y déficit de calcio.

Si te decides por adoptar este tipo de alimentación, es importante que visites a tu médico cada mes para que pueda realizarte algunos análisis y que consumas suplementos vitamínicos para compensar las carencias que puedas sufrir.

Sopa de miso
5 tazas de agua, 1 taza de cebolla rebanada, 1 taza de tofu en cuadritos, cebollín en rebanadas, 1/8 de taza de Wakame (algas) en tiras,  1/4 de cucharada pequeña de barley miso por cada taza de líquido.

Barley miso es una pasta de judías de soya molidas, fermentadas y mezcladas con sal marina y barley.

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