La diplomacia es lo más prudente

La diplomacia es lo más prudente

Lo más aconsejable para atenuar los posibles perjuicios que puedan derivarse de la sentencia emitida contra el país por la Corte Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH), es desplegar una intensa gestión diplomática que permita a naciones y organismos internacionales interpretar objetivamente la necesidad que tiene el país de hacer valer sus derechos de soberanía ante la inmigración ilegal, siempre bajo estricto respeto de los derechos humanos de los inmigrantes. Esta gestión debe ser paralela al uso de los recursos que la propia CIDH prevé para los casos en que un Estado disconforme con una sentencia de esa instancia pueda argumentar su disidencia y lograr una revisión.

Somos un Estado que se acoge a los dictados del Derecho Internacional y que, en esa virtud, está adscrito a numerosos instrumentos de carácter regional e internacional, entre los que cabe citar la Convención Americana de los Derechos Humanos, y a través de ésta la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos y la CIDH. No parece juicioso pretender apartarnos de estos mecanismos bajo el argumento de que un desliz en los protocolos de aprobación hace inconstitucional nuestra filiación. El país necesita ejercer su soberanía para fijar las pautas mediante las cuales otorga la nacionalidad dominicana. Es un derecho que asiste a cada Estado. Nada mejor que la vía diplomática para hacer valer la legitimidad de ese derecho.

COMPORTAMIENTO AMBIGUO DE HAITÍ 

La República Dominicana y Haití han continuado las conversaciones en procura de un acuerdo comercial que permita formalizar el intercambio entre los dos países. Sin embargo, el Gobierno haitiano mantiene una posición ambigua frente al dominicano, y mientras por un lado predica interés por un acuerdo, por el otro mantiene restricciones insostenibles desde el punto de vista técnico. Ese es, por ejemplo, el caso de la veda mantenida a las importaciones de carne avícola y huevo de origen dominicano, así como utensilios de plástico.

Se recuerda que esa veda fue impuesta bajo el falso argumento de que en la República Dominicana había un brote de gripe aviar. Aunque el país hizo todo cuanto pidió Haití como requisito para levantar la prohibición, todavía la misma se mantiene. Haití debe actuar con más seriedad para que de las negociaciones salga un pacto comercial provechoso para ambos países.

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