Doctora Marisol Touriñan

Médico especialista en Medicina Física y Rehabilitación. Gerente del Departamento de Medicina Física y Rehabilitación, HGPS

La discapacidad forma parte de la condición humana. Casi todas las personas padecerán algún tipo de discapacidad transitoria o permanente en algún momento de la vida, y las que lleguen a la ancianidad experimentarán deterioro físico progresivo.
Más de mil millones de personas, o sea, alrededor del 15 % de la población, vive con alguna forma de discapacidad y de estas, casi 200 millones experimentan dificultades considerables en su funcionamiento físico.

Según la Encuesta Mundial de Salud, 2.2 del 15 % global tienen dificultades muy significativas del funcionamiento. La Carga Mundial de Morbilidad cifra en 190 millones (3.8 %) las personas con una “discapacidad grave” (como tetraplejia).
Las discapacidades infantiles (0-14 años), con una estimación de 95 millones de niños (5.1 %), de los cuales 13 millones (0.7 %) tienen una “discapacidad grave”.

En los años futuros la discapacidad será un motivo de preocupación mayor, ya que la prevalencia está en aumento a causa de que la población está envejeciendo, al aumento mundial de enfermedades crónicas como diabetes, enfermedad cardiovascular, al cáncer y los trastornos mentales.

Las características de la discapacidad están influidas por las tendencias en los problemas de salud y por los factores ambientales y de otra índole, como los accidentes de tránsito, las catástrofes naturales, violencia, hábitos alimentarios y el abuso de sustancias.

La discapacidad afecta de manera desproporcionada a las poblaciones vulnerables y su prevalencia es mayor en los países de bajos ingresos: las personas con pocos ingresos, sin trabajo o con poca formación académica tienen mayor riesgo de discapacidad, al igual que los niños de las familias más pobres.

En el Hospital General de la Plaza de la Salud, en lo que cursa del 2015 se han consultado 4 780 pacientes con algún grado de discapacidad permanente o transitoria y se han impartido unas 20 000 sesiones de terapia física para mejorar estas condiciones.

Dentro de toda esta data que pone en evidencia la situación real de esta condición, existen muchos obstáculos que restringen la vida de estas personas. Dentro de ellos están:

Políticas y normas insuficientes. Las políticas nacionales no siempre tienen en cuenta las necesidades de las personas con discapacidad, o bien no se hacen cumplir las que existen. Un ejemplo de esto son las políticas educativas inclusivas. También los recursos asignados para poner en práctica políticas y planes son insuficientes.
Actitudes negativas. Las creencias y prejuicios son obstáculos para la educación, el empleo, la atención de salud y la participación social. Con frecuencia se observa el concepto erróneo de empleadores de que las personas con discapacidad son menos productivas que sus homólogos no discapacitados.

Prestación insuficiente de servicios. Las personas con discapacidad son particularmente vulnerables a las deficiencias de los servicios de salud, rehabilitación y apoyo asistencial. En países pobres, solo el 26-55 % de las personas con discapacidad recibe la rehabilitación médica que necesita; el 17-37 % recibe los aditamentos auxiliares y 5-24 % recibe los servicios de bienestar social que amerita. Esto se debe inicialmente a los costos y en segundo lugar a la falta de servicios en el área de vivienda.

Falta de accesibilidad. Barreras arquitectónicas y un sistema de transporte no accesible.