La disciplina y el desarrollo integral

La disciplina y el desarrollo integral

VíCTOR MELITON RODRIGUEZ R.
En su significado de ajustar la conducta humana a los propósitos de mejoramiento de la especie, en lo individual y colectivo, la disciplina es sencillamente un factor esencial. Un ejemplo de ello viene a serlo que, sin colaboración se hace menos que imposible alcanzar el mejoramiento de los entes sociales.

Cabe destacar la importancia de la disciplina, ya en el hogar, ya en los centros de educación de todos los niveles, lo mismo que en cualquier lugar donde las labores han de realizarse de manera colectiva. Son ejemplos de esta aseveración las formas en que es organizado el trabajo, tanto en el campo como en las ciudades, en las empresas privadas, en el ámbito de los municipios, distritos y secciones, como medios de gobierno, así como en todas las demás entidades colectivas constituidas por los seres humanos, destinadas a lograr propósito que les son comunes.

Citamos como ejemplos las ligas campesinas, los gremios y sindicatos, los colegios de profesionales y técnicos; los liceos, escuelas, institutos y universidades, así como las federaciones, confederaciones, tanto nacionales como internacionales; los establecimientos industriales y comerciales etc…; todos ellos constituidos por grupos o núcleos humanos llamados a unir esfuerzos en procura de objetivos de producción y productividad, de bienestar material, intelectual, espiritual…, con auxilio de las ciencias, las artes y demás medios que son fruto del propio ingenio humano.

Es verdadera disciplina la que significa apego y respeto a valores como los siguientes: la verdad, la honradez, las buenas costumbres, la hermandad y amistad, la buena vecindad, el respeto a la libertad de todos y a sus derechos; la justicia; la cortesía. Se requiere de buenos gobiernos, a todos los niveles; de familias respetables; de armonía social; de mejoramiento constante de lo individual y lo social.

Se requiere también reconocer que la ética, la moral o la decencia (o como guste llamársela) es el fundamento de la verdadera disciplina…, y se requiere admitir, también, que en todos los lugares y épocas y circunstancias, la Disciplina civilizada representa la auténtica Paz entre los seres humanos.

Sin duda se requerirá, para ello, de que todos los estamentos humanos de cada país se hagan capaces de actuar en forma verdaderamente civilizada, lo que ha de significar auténticamente honesta, justa, respetuosa, responsable…; en fin, genuinamente disciplinada en todos los órdenes y en todas las vertientes del diario accionar humano, comenzando por las instancias gubernamentales y corporativas, hasta llegar a los núcleos sociales de todo tipo, lo mismo que a las individualidades singulares que integran cada entidad, llámese ésta hogar, vecindad, escuela, entidad administrativa gubernamental, organización profesional, colectivo obrero, campesinado, voluntariado… y las propias individualidades componentes de cada uno de esos núcleos o entidades de la sociedad.

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