La diseñadora japonesa Hiromi Asai presentó en Nueva York, en la antesala de la Semana de la Moda, su colección de ropa para hombre, en la que utilizó las técnicas de confección y decoración de kimonos para revivir este amenazado arte.
Especialista del kimono, la diseñadora de 36 años ya había presentado una primera colección en Nueva York durante la Semana de la Moda del año pasado, que consistía en una reinterpretación muy personal del kimono.
Para lanzar su primera colección, Asai había logrado recaudar 66.000 dólares con una campaña a través de la página en internet de financiamiento participativo Kickstarter.
Pero este primer intento no obtuvo suficiente éxito para continuar. «El mercado aún no estaba allí», dijo a la AFP la diseñadora mediante un traductor.
La mujer decidió embarcarse entonces en el diseño masculino y presentarlo durante la Fashion Week Hombre de Nueva York, en una colección llamada «Blue».
La colección incluye trajes, corbatas, chalecos, chaquetas y abrigos cuyos cortes no tienen nada de japonés o que evoquen a los famosos kimonos.
«Hay un poco de fantasía, de ligereza, pero no demasiado», dice Hiromi Asai, que espera, por un lado, encontrar su nicho en el pret-a-porter de lujo, pero también ayudar a salvar a los artesanos del kimono. En Japón, varios diseñadores, entre ellos Jotaro Saito, han tratado en los últimos años de apoyar al sector reinterpretando la legendaria pieza japonesa y trabajando con nuevos materiales.
Decidida a aventurarse en lo masculino, Hiromi Asai colaboró con varios artesanos de todo Japón, que prepararon los tejidos en la tradición del kimono esencialmente a partir de la seda, la lana y el algodón.
Para aminorar los precios de sus piezas, trató directamente con los artesanos sin pasar por la red de intermediarios que maneja el mercado, según la diseñadora, que financió la colección con nuevos inversores.
Sus trajes pueden llegar a costar unos 6.000 dólares, pero según ella, acudiendo a intermediarios, las cifras podrían haber alcanzado hasta 20.000 o 30.000 dólares.
Instalada desde 2008 en Nueva York, Hiromi Asai prefirió mostrar sus creaciones en Occidente, porque «la mayoría de los hombres japoneses siguen las tendencias que vienen del exterior».